1. El Hombre del Metro


    Fecha: 11/05/2018, Categorías: Gays Autor: Versatil25, Fuente: SexoSinTabues

    Como fui acosado y termine follado Hola a todos mi nombre es Alonso. Como todas las mañanas me dirigía al trabajo. La rutina era siempre la misma. Siempre cogía la misma línea 3 del metro, en la misma parada, y me solía subir en el mismo vagón, a la misma hora. Así todos los días de la semana. Era la monotonía diaria. El tren como siempre a esa hora iba hasta los topes, con todo el mundo apretujado. Yo en ese momento estaba pensando en la conversación que había tenido con mi mujer esa mañana sobre el pago de la hipoteca. Le iba dando vueltas a la cabeza. En eso noté que la persona que estaba detrás de mí se me estaba pegando demasiado. Me di la vuelta para ver quién era. Era un hombre de unos treinta y tantos años. Alto, con barba, de buen físico y atractivo. Llevaba un par de botones de la camisa desabrochados y a través de ellos se podía ver un pecho bastante velludo. Su mirada se clavó en mí, y me dio un poco de miedo. Me intimidaba. En la siguiente estación, que era la mía, me baje sin volver la vista atrás. Al siguiente día, viajaba como de costumbre en la misma línea. Misma hora y mismo agobio de gente. En el andén pude ver al hombre del día anterior. Tan solo le miré de reojo, pero sin darle más importancia. Cuando subí al vagón me di cuenta de que inmediatamente detrás iba él y que se volvía a colocar justo detrás de mí, una vez más. Aquello no podía ser casualidad. Y no lo era. Con las apreturas pude notar claramente a través del pantalón su polla contra mi culo. ...
    ... Se le había puesto durísima y por lo que pude sentir tenía un buen tamaño. Yo me quede de piedra sin saber cómo reaccionar. No me moví y entonces noté como el extraño inicio un movimiento frotándose contra mí. Nadie de alrededor con las apreturas se estaba dando cuenta. Ante aquello me puse colorado totalmente, pero sin atreverme a decir palabra. Me hice el despistado, como si no pasará nada y no me estuviera dando cuenta. En cuanto llego mi estación me baje corriendo. Eche la vista atrás pero el extraño no me seguía. No se había bajado. Estuve todo el día dándole vueltas a la cabeza. No se me podía olvidar la cara de ese tío. ¿Que sería lo que pretendía? a lo mejor tan solo era un depravado que disfrutaba restregando su polla contra los culos de la gente en el metro y la había tomado conmigo, hasta que surgiera su próxima presa. ¿Y si era un maniaco? ¿y si quería follarme? No podía olvidar la sensación de notar su dura verga restregándose por mi culo. Era un sentimiento de impotencia, de querer hacer algo y no saber qué. Al día siguiente, me dirigí al metro con la idea de acabar con esto de una vez por todas y pedirle explicaciones. Eso sí con mucha delicadeza, no era mi intención hacerle enfadar, temiendo las consecuencias. Me subí en el metro y para mi sorpresa no estaba allí. Respiré aliviado. Pensé que ya se habría olvidado de mí, y se habría ido a darle la lata a otro. Pero no pasó ni un minuto, y volví de nuevo a sentir su duro miembro otra vez detrás de mí. Traté de ...
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