1. Ana en el garaje subterráneo


    Fecha: 15/05/2018, Categorías: Sexo Duro Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... puerta y entró al mismo asiento con Anita.Pude ver cómo mi vecino se cogía a mi dulce mujercita en el asiento de atrás. La hizo recostar sobre la luneta y la tomó por detrás, sin desnudarla, solamente levantando la falda hasta la cintura. Observé que la tomaba por los cabellos y la penetraba en un solo empujón, haciendo que mi esposa se retorciera de placer, sintiendo su verga taladrándola a fondo. El auto vibraba con los tremendos movimientos que ese hijo de puta hacía mientras se cogía a mi mujercita.Estuvieron gozando así por un buen rato, hasta que cambiaron de posición. Ana se volteó boca arriba y levantó sus piernas sobre los hombros de Santiago; que de repente se impulsó hacia adelante, penetrándola otra vez en una única y urgente embestida.No podía ver ya la cara de Anita, pero se oían algunos gemidos a través de las ventanillas cerradas; lo cual me dejó imaginar que mi esposa estaba gozando mucho de esa tremenda cogida.Luego de un rato de embestidas rápidas u violentas, Santiago disminuyó el ritmo de su tremendo mete y saca. Finalmente tensó su espalda hacia atrás y entonces supe que le había llenado la concha a mi esposa con su semen.Decidí que ya había ...
    ... visto lo suficiente y con mucho sigilo regresé a nuestro departamento. Unos minutos después se movió el ascensor y Ana apareció sonriendo alegremente, con esa expresión relajada que siempre ha tenido después de una buena cogida. Se cuidó de besarme, para que no pudiera sentir el gusto del semen de su amante en la boca y se encerró en el baño a darse una ducha.Esa noche me acosté junto a ella y comencé a acariciarla, dándole a entender mis ganas de coger… Ana se excusó, diciendo que había tenido un mal día; pero entonces la puse boca abajo y le dejé ver mi intención de sodomizarla, por las buenas o por las malas.Ana largó una carcajada, mientras yo hundía mis dedos en su humedecida concha, para sacarlos manchados con el semen de nuestro vecino. Mi esposa volvió a reírse, diciéndome que ahora yo había descubierto su secreto…Me confesó que le encantaba coger con nuestro vecino, porque tenía una verga enorme, siempre tiesa y además era incansable. Pero por suerte para mí, Santiago no estaba interesado en el sexo anal; así que Anita todavía sonriendo, abrió sus redondos cachetes y me invitó a entrar por esa puerta trasera que nuestro vecino había decidido no utilizar… 
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