1. Intercambio de parejas no programado


    Fecha: 23/05/2018, Categorías: Intercambios Autor: marinat2x, Fuente: SexoSinTabues

    ... lo que canta un gallo ya estábamos los cuatro besándonos en un intercambio de parejas sin el más mínimo principio de ética, resentimiento o pena por su respectivo consorte; creo que todos ardíamos en deseos de ser infieles en nuestras propias caras, el silencio reinaba por doquier, sólo la música del equipo sonaba y sonaba pero nadie parecía escucharla, mi esposo en un momento se me acercó, sin soltar a nuestra amiga a la cual tenía agarrada de una mano, me dio un beso en la cara y me susurró pacito al oído “TE AMO” yo le ofrecí mis labios en un beso fugaz y rápido, nos dedicamos cada uno a lo nuestro con la pareja del otro, es decir a disfrutar una carne nueva, una presa o trofeo que nadie parecía estar dispuesto a soltar. Al rato estábamos todos cuatro desnudos, pero ninguno pronunciaba palabra, solo nos cruzábamos miradas pero al parecer asentíamos todo lo que estaba ocurriendo, yo por lo menos había recibido aprobación y perdón por ese momento……. La esposa de mi amigo se sentó en el descansabrazos del sillón, mi esposo se agachó y metió de cabeza entre sus piernas, lamia su conchita con esa maestría que posee, yo me imaginaba ese coño caliente, húmedo y ávido de ser penetrado pero no acertaba a entender por cuál de esos dos machos que había ese momento en esa estancia, esa mujer se retorcía de placer y de cuando en vez aparecían las manos de mi marido tratando de alcanzar sus tetas que en ese momento se me antojó eran un poco más grandes de lo habituales y que las mías ...
    ... que soy talla 34, en otras oportunidades solo veía sus manos hasta su cintura o sobre sus piernas, ella gemía de placer mientras yo aún estaba de pie frente a mi amigo besándonos, mirando de reojo y con una calentura de los mil demonios, él me agarraba mis tetas, las pellizcaba, las acariciaba, las apretaba, también las besaba, las chupaba y bajaba su mano hasta mi sexo y con su dedo más largo me acariciaba y me metía la punta en mi rajita, los otros tres dedos de mi amigo parecían tratar de abrir mis labios para que el intruso se abriera paso por mi gruta caliente y ávida de ser rellenada por ese trozo de carne de mi amigo, mi esposo apenas me miraba desde esa posición de agachado como queriéndome decir que éramos unos locos o no sé qué, yo sólo pensaba, “Cómo es la vida, hace unos minutos yo esperaba la oportunidad de una infidelidad con mi amigo tras los hechos ocurridos en la alcoba, pero a los escasos minutos se estaba dando esa ocasión, pero frente a mi esposo y la mujer de mi amigo, ironías de la vida y el morbo. Yo me aferraba al pene de mi amigo, lo apretaba, lo frotaba con ansiedad y a la vez que lo comparaba descaradamente con la verga de mi marido, parecían iguales de tamaño y grosor salvo por unas pequeñas diferencias en su cabeza, la de mi amigo tiene una piel en forma permanente cubriéndole la cabeza, es un poco más puntuda, con esa piel suavecita ya que con uno de mis dedos le acariciaba ese huequito por donde salen sus fluidos, contrario a la verga de mi marido ...