1. Cunnilingus a Melina, la pendeja


    Fecha: 23/05/2018, Categorías: Grandes Relatos, Sexo Oral Autor: dandar, Fuente: CuentoRelatos

    - ¿Es cierto lo que me contaron de tus habilidades y dotes? –me preguntó, pícaramente, Melina. - No sé qué te contaron… -respondí con la mejor cara de boludo que pude. Sabía a qué se refería. - Que la tenés grande… y que sabés como hacer explotar a una chica… Una hora antes de este diálogo, había recibido la llamada telefónica de mi amigo Carlos: - Beto, tenés que hacerme un favorcito… ¿Qué estás haciendo ahora? - A punto de acostarme, estaba tonteando, mirando porno de pendejas. ¿Por qué? –respondí. Percibí su voz pastosa. Debía estar borracho. - Pasa que me levanté a Melina; sabés de quien te hablo, la trolita hermosa, amiga de Sonia, tu ex. - Bueno, felicitaciones; ¿pero qué necesitás? - Es que ella está punto caramelo, pero no tengo plata para ir al telo… ¿Me prestás el dormitorio vacío? –lanzó Carlos. - ¡Ah..!, ¡querés culear en mi casa mientras yo aplaudo! ¡Al menos trae una amiguita de ella! –sostuve. - Es que las amigas la dejaron sola, no puede volver a su casa, y quiere coger… Pero es tan puta que tal vez se prende en un trío… - ¡Ja ja ja! ¡Primera vez que sale con vos y se va a prender en orgia! ¡Dejá de fantasear! Está bien, venite, pero quedás en deuda… Pendeja preciosa Al rato escuché el auto de Carlos y luego el timbre. El apenas se sostenía en pie. - Beto, ustedes ya se conocen, así que no necesito presentarte a Melina –balbuceó. Ella me besó en la mejilla izquierda. Al sentir su tibio aliento, el contacto de sus labios, el dulce aroma de su piel, me excitó. ...
    ... Melina tiene 23 años, pero parece de dieciocho. Contribuye a esto su bonito rostro aniñado y la expresión cándida. Luego, con un metro sesenta y cinco de altura, la esbeltez y sensualidad de su cuerpo despierta la lujuria. Proporcionadamente delgada, sus pechos medianos y firmes, los cuales nunca cubre con corpiños, parecen más grandes debido a la fina cintura, la cual continúa en armoniosa cadera y una colita dura y redondita. Sus piernas largas completan una figura excitante. Todo esto se advertía debido al provocativo modo en que llegó vestida: calzada en sandalias de más de cinco centímetros, sólo tenía puesto un pantaloncito cortísimo, el cual mostraba buena parte de sus nalgas, y una ajustada blusa semitransparente. - Amigo, vos no te preocupés por nosotros; andá a dormir tranquilo. –dijo Carlos, evidentemente apurado por disfrutar con tremendo bomboncito. - Sí, claro, es lo que iba a hacer. Nos vemos Melina. –sostuve. Amigo dormido Al entrar a mi dormitorio, con la verga erecta, pensé en masturbarme en honor de Melina. Pero me sentí ridículo si disfrutaba a solas mientras al lado, pared de por medio, culeaban un amigo y una pendeja hermosa. Apagué la luz y me acosté. El sueño me iba ganando cuando sentí que alguien entraba al baño. “Seguro que es Melina, lavándose la conchita… ¡Yo se la lavaría con mi lengua!”, pensé. La imagen volvió a calentarme, me toqué la poronga y regresaron las ganas de pajearme. Iba a comenzar a movérmela cuando escuché abrirse sigilosamente la ...
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