1. El final de mi relación: el joven amante de mi esposa


    Fecha: 28/05/2018, Categorías: Infidelidad Sexo con Maduras Autor: Dianquel, Fuente: CuentoRelatos

    Hola a todos. Me llamo Oscar y esta es la historia de cómo mi esposa consiguió un amante y cambió nuestras vidas para siempre. Todo esto empieza hace tres años, Alma y yo llevábamos 15 años casados, ella tenía 41 años y yo 44. Nuestro matrimonio había sido bueno hasta cinco años atrás. Comencé a sufrir de disfunción eréctil, sumen eso a mi esterilidad y ya sabrán cómo empezó a ir todo a mal. Mi pene era bastante normal, 12 centímetros en erección. Durante unos meses peleábamos a diario y al año resolvimos nuestros problemas, pero ella ya no me quería de la misma forma, me trataba bien pero nunca como antes. Alma había sido mi sueño desde que la conocí. Piel morena, tetas hermosas, un culo grande y caderas pronunciadas. Era muy carismática y popular. Fue un milagro que me eligiera a mi de entre todos los otros pretendientes. Mi trabajo comenzó a consumirme y pasaba poco tiempo en casa, viajaba semana sí y semana no. Esto sigue siendo así hasta la fecha. Total, hace tres años volví un día antes de mi viaje de promoción. Quería sorprender a Alma llevándola a desayunar a algún sitio bonito, eran más o menos las seis de la mañana y fui con mucho silencio para poder sorprenderla. Cuando llegué a mi cuarto abrí la puerta con mucho cuidado y la vi acostada sobre el cuerpo de un hombre. Ambos estaban desnudos y ella tenía la cabeza apoyada en su pecho con una sonrisa mientras los dos dormían. Cerré la puerta, me di la vuelta y salí de la casa junto con mi maleta. Comencé a pensar en ...
    ... ello y tuve ganas de volver, cuando los vi mi cabeza estaba hecha un desastre, no vi la cara del otro hombre, ni siquiera recordaba otra cosa que no fuera su pecho con Alma dormida sobre él. Al final me quedé en un hotel llorando casi todo el día. Al día siguiente volví a mi casa y ahí estaba ella, sonriente y feliz como casi siempre. Dejé las cosas como estaban, decidí olvidarme del tema y lo ignoré completamente. Pasaron unos días y volvería a viajar. No pude evitarlo y contacté con una agencia de equipos de vigilancia. Les expliqué mi situación y me facilitaron todo, me instalaron cámaras diminutas por toda la casa y un micrófono hiper receptivo por cada una de ellas. En total fueron 20 mil pesos mexicanos. Una cámara en la entrada, otra en el comedor, en ambos baños y en las cuatro habitaciones. Tuve que invitar a mi esposa al cine y a una cena, para cuando volví me conecté con la aplicación desde mi celular y podía ver todo con claridad. Había valido la pena pagar. Me subí a mi avión y viajé durante 4 horas. Cuando llegué a mi destino lo primero que hice fue entrar a la aplicación y dar una checada a las cámaras. Lo quité casi al instante al ver a mi mujer desnuda dándose un baño. Estaba en pleno aeropuerto, decidí que mejor esperaba al estar en el hotel de la compañía. Al llegar al hotel ella había salido del baño, se paseaba desnuda por la casa con las cortinas cerradas. Entonces escuchó como alguien tocaba al timbre de la puerta. Cambié de cámara y vi que era un vecino ...
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