1. Nuestro primer trio 5


    Fecha: 29/05/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Ahora le toca sentir una vergota a Fernandito, Lean lo que pasó. Aún permanecía con el plug anal enterrado dentro de el , lo que permitía que su anito estuviera ya bien dilatado y que le hacia restregar sus lechosas nalguitas en la cama, abriéndose bien de piernitas El juguetito se movía dentro de el al apoyar su base contra las sábanas y hacía que el diera respingos de placer , llevándolo a tiritar y retorcerse cerrando sus ojitos y boqueando de calentura. Román lo hizo tenderse y abrirse de piernitas para constatar el estado de su cuevita. Le abrió las nalgas con el índice y pulgar de una mano mientras que con la otra le giraba el instrumento dentro y lo retraía hasta su parte mas gorda, para dejarlo irse nuevamente dentro del cuerpito , absorbido por ese hambriento culito. Ese movimiento lo repitió varias veces, hasta que decidió retirarlo, no sin antes dejar un rato la parte mas gruesa del plug justo en el esfínter, con lo que el anito de Fernando logro su máxima expansión. Como a juicio de Román, el diámetro del esfínter y del recto aún no era el suficiente, tomo el juguete que momentos antes me había enterrado a mi para dilatarme y culearme con el máximo placer para ambos; lo envaselinó y se lo fue enterrando suavemente mientras lo giraba despacito. Al mismo tiempo y para atenuar algún dolor que pudiese sufrir Fernandito y que a la larga le llevase a generar algún temor o trauma le mamaba su pene y bolitas en forma coordinada con las metidas y sacadas. Con ese gentil ...
    ... y erótico proceder, Fernandito logró dilatarse al máximo, lo que le llevo a emitir un suave haaaayyyy cuando el instrumento se hubo perdido completamente dentro de su infantil cuerpito. Román lo acarició para calmarlo diciéndole que ya bahía pasado lo malo y que de aquí en adelante, todo sería gozar. Me acerque para ver de cerca el resultado del uso del ariete sexual. Me impresiono constatar cuanto era capaz de abrirse un ano, en especial si se trataba de un órgano infantil en un cuerpito delgado, tierno, suavecito, lechoso, totalmente lampiño; a lo mas cubierto en algunas partes con una suave pelusilla, tal y como un apetitoso durazno. Ese cuerpito casi de niñita, ahora lo gozaríamos Román y yo. Ambos lo penetraríamos completamente hasta perder todos nuestros penes dentro de esa aparentemente frágil figura. Lo haríamos cuantas veces fuera necesario hasta quedar absolutamente saciados . Lo culearíamos hasta que nos despellejásemos el pene y en el caso de Fernandito, hasta que la experiencia médica de Román lo estimase aconsejable aunque, como yo le conociera desde hacía un año, sabía que el era capaz de aguantar la verga por horas . Román y yo comenzamos a acariciar todo el cuerpo de Fernandito. Yo le lamía por las nalguitas, los muslos, volviendo a su bajo vientre y metiéndome toda su "tulita", bolitas incluidas dentro de mi boca; continuando con la pancita hasta alcanzar sus tetillas, las que chupé hasta sacarle gemidos de real dolor. Le besaba en la boca, le succionaba ...
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