1. Perversa vacación


    Fecha: 02/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Anal Autor: carl2015, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Gabriel y esto pasó hace dos años. Desde que mi mamá me llevó de vacaciones por primera vez, cambió su vida y la mía. El matrimonio de mis papás terminó hace 2 años casi. Yo preferí quedarme viviendo con mamá y papá se radicó en el exterior. El divorcio fue en buenos términos, y aunque cuando estaban casados vivían discutiendo, ellos siempre tuvieron cuidado de que yo no los escuchara. Por suerte, mamá está en muy buena posición porque papá se aseguró que ella no tuviera problemas para criarme. Pero seguramente a ustedes les interesa como es mi mamá, ella se llama Arleth, tiene 39 años, un cuerpo hermoso, su cabello es negro con tinte rubio, largo y alisado, sobre su frente cae un mechón que ella se la pasa acomodando, sus ojos son color miel y su nariz pequeña, sus labios son muy sensuales y bastante carnosos, sus pechos son grandes, firmes, bien parados, su cintura algo ancha por su edad juega con sus anchas caderas, y posee un culo grande y bien formado, sus nalgas son bien paradas y redondas, como va al gym sus piernas muy firmes con muslos macizos. Su imponente estatura de casi 1,73 mts siempre provoca a más de un tipo en la calle. Desde que ellos terminaron su relación, mamá cambió su vestimenta, luciendo más recatada, sin dejar ser provocadora, pasó a mostrar más sus grandes atributos, con faldas más ajustadas, lycras de satín a medio muslo o pantalones de vestir apretados que acentuaban su hermoso culo. Después que mamá se separó había tipos que querían ser ...
    ... sus pretendientes, ella por respeto a mi no les daba espacio mostrándose como una mujer decente y respetuosa. Yo tenía por ese entonces 18 años y cursaba mi primer año en la Universidad. A mamá le apasionaba el mar, la arena y el sol, y por eso decidió viajar en el verano. Eran mis vacaciones y preparamos rápido el equipaje para salir de viaje, mamá contrató 1 mes en un hermoso lugar de Centroamérica, de playa con arena blanca y el mar trasparente. Es un pueblo chico, muy tranquilo según pude ver por las fotos y videos que ella me mostró. La cabaña que alquiló era chica, con dos habitaciones, comedor con la cocina incorporada, un baño abajo y otro arriba donde están las habitaciones. “Es un lugar paradisíaco, la cabaña está frente al mar y la playa es poco concurrida” me dijo mami mientras yo ojeaba los folletos de la agencia de viajes. Luego de un viaje complicado, dado que el avión salió con casi una hora de retraso, por fin llegamos, en el lugar nos esperaba un remis. Mientras nos llevaba, vi que había mucha gente morena y negra. Pasamos por una especie de centro comercial del pueblo que tenía solo 2 cuadras, muy poca gente caminando y todos de aspecto humilde, tampoco había muchos turistas. Llegamos a la cabaña y nos tomamos ese día para acomodar todo. El remisero ofreció llevarnos al centro para hacer las compras de comida y otras. Cuando regresamos, teníamos comida para varios días, o sea que íbamos a disfrutar solamente de la playa sin preocuparnos en nada más… o al ...
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