1. MI PERVERSIÓN CON EL ORUREÑO


    Fecha: 03/06/2018, Categorías: Gays Autor: gonzo00, Fuente: RelatosEróticos

    ... manos y luego lo empujo para que se agache y apoye sus manos en la cama. Él se agacha, con las piernas abiertas y el culo bien expuesto hacia mí, él me mira mientras me acerco a comerle el culo y comienzo con un par de palmaditas y agarro sus nalgas, se las acaricio deliciosamente deslizando mis manos por esas sus curvas y me acerco a besárselas, a pasar mis labios juntos por sus redondas nalgas pero como se lo prometí no me meto con su ano, así que paso con mis labios cerrados de una nalga hacia la otra, a ratos saco mi lengua y la paso lamiendo por lo más redondo y carnoso de sus nalgas. A lo así me agacho para ponerme entre sus piernas, y con mi boca comienzo a agarrar sus testículos, metiendo mi frente entre sus nalgas. Él siente mi frente en medio de su culo y se pone a menear sus nalgas en mis sienes, meto más sus testículos en mi boca, los acaricio tomándolos en mis labios, siento tras su piel lo duros que están sus testículos al igual que su verga, la cual tomo en mi mano y se la comienzo a masturbar, es exquisito disfrutarlo así, con mi frente metida entre sus nalgas, en mi boca sus testículos y con mi mano estimulando su deliciosa verga. El sabor de ese pene me gustaba tanto que con mi mano jalo su punta hacia atrás y junto mis labios a su alrededor, esa punta de verga se me hace cada vez más apetecible, deliciosamente jugosa y a la vez rígida despuntando al interior de mi boca. Sentía que esa verga tan dura quería escaparse de mi mano para recuperar su firmeza ...
    ... hacia adelante, esa su punta quería escaparse de mi boca mientras yo la estaba disfrutando sin siquiera sacármela de la boca. Así me tenía el orureño, metido entre sus piernas agarrándome de su verga, chupándola como un hambriento de su sexo, de su parte más íntima, de darle aquel sexo oral que lo deseábamos tanto él como yo y que ahora lo estábamos haciendo realidad gracias a un fugaz encuentro. Pero pronto tuve que soltar esa verga y salió hacia adelante saltando como un resorte. De inmediato vuelvo a su culo con una lamida en una de sus nalgas casi al nivel de su muslo, le devuelvo el gusto de sentirme entre sus nalgas, tomo ese par de nalgas con mis manos, se las separo y me dispongo a darle unos besos en la parte de adentro de sus dos nalgas, ahí donde se juntan ambas, pero siempre respetando su ano, mi boca se come a lamidas esas dos nalgas, mi perversión es tal que inclino de costado mi rostro y acaricio con mis mejillas esas nalgas, me restriego en esa tierna y abultada piel, y a la par termino dándole besos tan gustosos que acabo estirando mis labios encima de esas nalgas, ebrio de tanto placer. Y todo lo hago porque pienso que así, lo pongo a disfrutar a él del sexo exquisito que siente con cada caricia, con cada lamida y beso que le doy en sus partes más íntimas y a la vez me pongo a disfrutar también yo satisfaciendo ese mi apetito de sexo, de su sexo, de su cuerpo, de aquella desenfrenada forma de fornicarlo. Y entonces termino con sus nalgas y él se voltea ...