1. Nuestra experiencia como webcamer


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Anal Sexo Duro Autor: Touluose, Fuente: xHamster

    ... Al mismo tiempo, el juguete vibrando de mil formas diferentes. Por desgracia para muchas cosas, soy muy escandalosa durante los orgasmos, desde que empecé a gemir y volverme loca con el primero, no tuve descanso. Ahora lo puedo decir, lo peor era el juguete, esa incertidumbre y no poder controlarlo es la peor sensación. Más cuando tienes mucha gente ansiosa de verte correrte al precio que sea. Hubo un punto que hasta mi chico estaba algo alarmado y dejó de hacerme sexo oral. Terminé yo sola tumbada bocarriba, con una camiseta en la cara para evitar que se me reconociera, gimiendo como una posesa y revolviéndome en placer. Yo solo escuchaba ruidos de propinas de todas clases, ya no solo monedas, y a mi chico pidiendo más para que siguiera así y llegara a tener un squirt. Incoscientemente yo pedía una y otra vez que parasen. Llegué a sentir dolor por exceso de placer. Tuve que ponerme a 4 patas con el culo a la cam y la cabeza en el colchón. La camiseta la use a modo de mordaza para poder morder y liberar tensión. Esta vez ...
    ... ha sido de las pocas veces que me han temblado las piernas. Como mi chico estaba prometiendo, me corrí con eyaculación. Con todo el placer noté perfectamente como venía el squirt. Placer intenso y muy rápido, y entre el sudor del momento, el calor húmedo del flujo salir por mi vagina y escurrir por las piernas.Ni me enteré de cuando mi chico tiró de la antena. Yo me desplomé sobre la cama con espasmos en el culo. Mi chico se ocupó de dar por terminada la sesión. Yo tuve mi tiempo de volver en sí y recuperarme. Nunca me había palpitado el ano de esa forma. Hasta algún calambre.Ya recuperada y sin emitir estuvimos mirando los detalles del perfil. Habíamos tenido casi 100 peticiones de show privado, ahora los seguidores eran 86, habíamos logrado como varias insignias y bonificaciones. En cuanto a las “monedas” de la web, teníamos un saldo total de 63800 monedas. Ahora tenemos la duda de si seguir perdiendo vía webcam intimidad y anonimato a cambio de sacar la parte más salvaje de ese juguetito de aspecto simplón e inocente. 
«123»