1. Satisfaciendo las fantasías de mi marido


    Fecha: 14/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Voyerismo Autor: PATRI81, Fuente: CuentoRelatos

    ... dio la vuelta y los vio. Empezó con las suyas, que si me gustaban, que si me los tiraría, etc. yo le pedía que se callase que al final le iban a oír. Pero dale que te pego, cada vez se animaba más y ya empezaba a decir auténticas guarradas, que empezaban a hacer efectos en mí y ayudadas por el vino que me estaba tomando. Miro a los chicos y uno de ellos, que debe ser el lanzado, me sonríe y tira un beso al iré. No sé porque me dio la risa. Salió mi vena caliente y perversa, le seguí el juego, al beber de mi copa, en la forma de mirarle. Sabía que esta loquito por mis huesos, me divertía y me excitaba. El que también se excitaba era Juan, que estaba algo borrico ya. Me animaba a seguir con mis provocaciones, pero desistí ya de hacerlo, tampoco me gustaban cogerme calentones, así como así y el mío estaba ya a un nivel peligroso. Juan nunca se rinde y siguió insistiendo para que siguiera tonteando con los chicos, para que se quedara callado y no insistiera, le dije que aceptaba el ir al sitio que quisiese a tomar una copa y el incrédulo me pregunto si era verdad, se lo volví a repetir y se puso muy contento. Pero no estaba conforme del todo, me pidió que fuera al servicio que quería oír lo que decían los chicos al pasar, lo que opinaban de mí y que luego me lo contaría con todo detalle. Era un cabrón sabía que eso me gustaba, saber que decían de mí. Deje mi servilleta en la mesa y me levante, pasando por la mesa de los chicos, que se les caía la baba. Estuve un rato largo en el ...
    ... servicio, entre otras cosas porque me di un retoque a mi maquillaje. No sé si a consecuencia del vino o de la calentura, pero estaba algo sofocada. Porque mientras estuve en el servicio mi imaginación me decía que entraría el chico más lanzado y allí mismo me haría de todo, pero la realidad fue bien distinta, no entro nadie. Cuando regreso a mi mesa casi me dan un sincope, Juan estaba girado hablando con los chicos de manera muy amistosa. Sin decir absolutamente nada me senté y como estaba mi café ya en la mesa, me entretuve poniéndole el azúcar y mientras lo removía, podía sentir la mirada de alguno en mí, efectivamente el más lanzado pasaba de mi marido y no dejaba de mirarme. Juan se dio la vuelta y recupero su posición normal. Me sonreía y me decía en voz baja si quería que me los presentara, yo le decía que no, pero no me hubiera importado. Sabía que tramaba algo, porque es incorregible y no le bastaba con mi no. Se dio nuevamente la vuelta y les dijo que quería presentarles a su mujer. Poco tardo el lanzado, que dio un bote y ya me estaba saludando y sentándose a mi lado, en la silla libre. Se llamaba Chimo y los otros dos eran Tano y Alex. Estaban estudiando la carrera en Madrid y eran de fuera. Los tres eran muy graciosos, me hicieron reír mucho, el más cortado Alex. Estaban en el último año de carrera y por lo que se veía la terminarían sin ningún problema. Chimo que era el gallo de los tres, practicaba el rugby, era el más fuerte de los tres, tenía un cuello que no ...
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