1. El Dinero


    Fecha: 14/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tetas y la boca de Ana. Entonces Ana atrajo a Maria y se besaron con lascivia, sus manos recorrían sus cuerpos, se sobaban las tetas, hasta que Ana tumbó a María y la masturbó. Sus dedos se introducían en el coño de Maria, acariciaban su clítoris, arrancando gemidos de placer de la morena. Sentí una nueva erección y me tumbé con ellas, buscando sus húmedos coños. Mientras lamía el coño de Maria, introducía dos dedos en el de Ana y luego cambiaba. Estuve un buen rato, hasta que se corrieron por segunda vez al unísono. Agotadas, se tumbaron a mi lado , pero Ana, al ver mi pene erecto, me masturbó lentamente y luego me la chupó mientras Maria me besaba. Me corrí en la boca de Ana y poco después nos dormimos. Me desperté empalmado y solo. Me levanté y fui a la cocina. Allí estaban las dos, desnudas, preparando el desayuno. -Buenos días.- dijo alegremente Maria, que estaba sentada. La saludé y la besé en la boca. Ella respondió a mi beso cogiéndome mi polla y dándola un beso. Miré a Ana, que estaba dándonos la espalda y pensé que no la había poseído por el culo. Ni por su espléndido coño. Así que cogí un poco de mantequilla y me la unté en la polla. Sin decir nada, me puse tras Ana y, mientras cogía sus caderas con una mano, con la otra dirigía mi polla hacia su ano. Ella estaba sorprendida, pero se agachó sumisamente y permitió que la penetrase con dos embestidas. Sus manos se aferraban a la encimera, pero no gritó, sino que cerró los ojos, como concentrándose en las oleadas ...
    ... de placer que empezaban a recorrer su cuerpo. Maria se levantó y me besó con pasión mientras enculaba a mi esclava. Sus manos recorrían mi cuerpo, mis nalgas, mi pelvis, la espalda de Ana, sus tetas, sus dedos se introducían en el coño de Ana. Noté que se corría por sus espasmos y porque sus piernas flojearon, obligándome a sujetarla. Aquello hizo que sus nalgas se cerrasen sobre mi pene. Sentí un calambrazo por mi espalda y me corrí con fuerza en su culo. Jadeando, me retiré y vi como Maria se abalanzaba golosa sobre el culo de Ana, lamiendo los restos de mi semen. Ana se corrió de nuevo entre gritos, pero Maria siguió lamiendo el ano y el coño de Ana, tragándose los jugos de Ana y las gotas de mis semen que salían de su ano. No soy ningún portento, pero volví a empalmarse, así que me puse tras María y se la clavé en su húmedo coño. Bastaron tres embestidas para que se corriese entre gemidos, pero yo seguí bombeando, hasta que nos corrimos a la vez. Fue entonces cuando le tocó el turno a Ana. Mientras Maria y yo yacíamos en el suelo de la cocina, Ana lamió el coño de María y limpió mi empequeñecido pene. Después de ducharnos y vestirnos, fuimos a tomar los vermuts a un pueblo cercano, después las invité a comer y luego nos fuimos de comprar a un centro comercial. Fue una tarde estupenda, que finalizó tomándonos unas copas en un antro de moda. También fue un día de excitación. Aunque nuestro trato fue correcto (no queríamos que algún conocido que nos viese y pensase que allí ...