1. El capataz y el señorito 2


    Fecha: 17/06/2018, Categorías: Dominación Autor: dante1802, Fuente: SexoSinTabues

    ... avergonzado agradeció al médico y este muy sereno le dijo que ese tipo de casos eran muy usuales en ese lugar debido a la naturaleza de sus hombres que son muy calientes. El rubio regresó a la hacienda al atardecer y cuando estaba por entrar a su casa, sintió como una mano lo jaló. se trataba de Bruno que lo arrinconó en la pared. Ricardo: suéltame Bruno, no te das cuenta que alguien puede vernos. Bruno: ¿a dónde fuiste? dime. Ricardo: fui al doctor, me siento muy mal por lo que me hiciste. Bruno: jajajaja. ¿todavía te duele el culo?. no te preocupes solo hay que darle más uso. El capataz intentó besar al señorito, pero este lo alejó e intentó meterse a la casa. Bruno lo sujetó y le dijo: esta noche iré a tu cuarto para hacerte mío nuevamente. espérame. Y el capataz besó lascivamente a Ricardo que sintió como la lengua del hombre entraba hasta su garganta, para después separarse e irse corriendo. Bruno solo sonrió pues sabía que tenia al muchacho en sus manos. Ricardo aturdido se encerró en su habitación con llave y decidió no salir para nada, no estaba dispuesto a que el capataz volviera a violarlo, por su dignidad no lo permitiría. En la cocina, Juancho bebía un vaso de agua cuando la sirvienta le dijo: hay gente que nació con suerte y el desgraciado de Bruno es uno de esos. Juancho: ¿por qué lo dices? Sirvienta: porque había escuchado que el señorito lo había echado de la hacienda y ora resulta que hasta lo van ascender. Juancho: ¿quién te dijo eso? Sirvienta: el mismo ...
    ... Bruno, quesque el señorito Ricardo lo va premiar quien sabe por qué. Juancho pensativo no dijo nada. y la sirvienta continuó hablando. Sirvienta: asegún yo. el joven había venido a hacerse cargo de la hacienda, pero parece que no le importa. o quizás esté enfermo porque hoy no bajó ni a desayunar. y ahora está encerrado en su cuarto. Juancho: ¿enfermo? pero si ayer estaba bien. ¿qué le pudo haber pasado? Nervioso, Ricardo estaba en su habitación cuando de pronto escuchó unos golpes en su puerta, decidió no responder, hasta que su madre le habló y el rubio abrió la puerta. Madre: hijo, ¿tampoco vas a bajar a cenar? Ricardo: gracias mamá pero no tengo hambre. Madre: ¿sigues enfermo? Ricardo: ya no. Solo quiero descansar. Antes que su madre se despidiera, el capataz apareció en la habitación de Ricardo que abrió los ojos desmesuradamente al tener frente a frente a su madre y su violador. Bruno: buenas noches señora. Necesito hablar urgentemente con el señorito Ricardo, es sobre la Hacienda. Ricardo: yo no tengo nada que hablar contigo. Vete Madre: Ricardo por qué le hablas así a Bruno, él ha sido un fiel colaborador de nosotros desde hace años. Bruno: no se preocupe señora. Quizás el señorito quiera que yo hable lo que tengo que decirle frente a usted aunque creo que no sería lo apropiado, sobre todo por su salud. Madre: ¿qué pasa Bruno?. ¿Algo grave? Bruno: nada que el señorito no pueda resolver. Ricardo sintió hervir la sangre pues se sentía acorralado, no podía correr a Bruno ...
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