1. Cierro mis ojos o El aniversario de 50 años


    Fecha: 18/06/2018, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... se usaban para dormir, mientras dejaba caer a sus pies la bata para revelarla totalmente desnuda. Comencé a temblar de la emoción tal y como continuaban desgranándose las frases de la canción. Para que digas, Hoy de verdad Lo mucho que me quieres Para que creas, para que pienses Que ni te escucho yo Cierro mis ojos Para que tú, Me quieras libremente Para que tú, me mires y no tiembles Y puedas darme tu Amor tal como es. Cierro mis ojos Para que beses, mis manos y mi frente Para que corras tus dedos por mi piel. Yo no te veré Yo no te veré Puedes hacer lo que quieras conmigo No te mirare, no te mirare Hasta que tú me lo pidas Amor. Mientras algunas de las estrofas se repetían, me aproxime dejando caer mi bóxer y con mi erección en su máximo deje que esta besara el pubis de mi hermana, con este primer contacto ahora fue ella la que tembló y se sacudió brevemente, luego mis brazos la apretaron a mi pecho y empecé a besar sus labios con la pasión y el hambre que tenia de ellos, allí de pie, como siempre en nuestros contactos previos la lleve a la pared, tome su pierna al momento que guiaba a mi herramienta a su hendidura. Ella escurría humedad en su entrepierna por lo que la penetración fue suave y enormemente placentera para mí, al fin estaba después de meses en aquella oquedad que la esperaba ansiosa, los espasmos de la vagina parecían estimular con más intensidad mis penetraciones el ritmo de nuestra unión era tremendo, toda el ansia y la pasión nos llevaban en las olas de ...
    ... un éxtasis continuo, nuestras bocas no dejaban de besarse recogiendo alternativamente las salivas que escapaban por nuestras comisuras, rompí el contacto de nuestras bocas para con la mía, recorrer ambos lados de su cuello, mis manos ansiosas fueron a sus senos que habían ganado peso y volumen, sus pezones erectos eran un imán para mis labios, me separe de ella y pude apreciar como la humedad corría por sus muslos, tome sus manos al tiempo que me arrodillaba para besar y recoger parte de aquel elixir, ante mis ojos por vez primera el centro de su placer dejaba ver un clítoris rosado y unos labios que parecían palpitar por sí mismos, di un beso con la lengua de fuera lamiendo y penetrando simultáneamente, fuertes temblores hacían que los muslos de mi hermana se sacudiesen, me levante y la lleve al lecho lentamente. Lo que paso ahí fue maravilloso, escapa a cualquier descripción que pretenda hacer. Lamí, chupe, mordí, acaricie con mis manos y con mi herramienta seguí los mismos caminos que con mi boca, me di con toda la intensidad que mi cuerpo me permitía, durante todo este tiempo la melodía se repitió constantemente ya que al ser un disco de tamaño 45 se reproducía constantemente en el reproductor portátil; nos amamos con intensidad, solo removí el antifaz hasta que no había más erección después de cuatro intensos goces de mi parte, cuatro horas de tiempo e infinitas muestras de la satisfacción que produjo en mi hermana, ese día solo nos dijimos palabras de amor y nos besamos ...