1. El día siguiente a San Valentín


    Fecha: 21/06/2018, Categorías: Erotismo y Amor Sexo Oral Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... perfección y tan sólo estábamos cubiertos por una sábana de raso azul, la cual aparté de golpe: el hombre, en duermevela, protestó, luego volvió a roncar. Su cuerpo, de barriga prominente y cubierto de pelos, no era un plato de buen gusto, pero el tarugo de carne que sobresalía de su entrepierna era toda una tentación. "Diego", susurré en sordina; "Qué", masculló él; "Te la voy a chupar, ¿quieres?", dije en el mismo tono; "Haz lo que quieras", murmuró él. Deslicé mi cuerpo sobre el raso hasta poder acercar mi cabeza al pubis de Diego. Diré que Diego me había follado por delante y por atrás numerosas veces, había disfrutado mucho de mí en ese sentido, sin embargo, jamás, ¡jamás!, le había comido su gruesa polla; ahora, por fin, lo iba a hacer. Primero la empuñé en la mano; todavía no estaba crecida, si lo estuviese no me cabría, estaba segura. Después me la metí en la boca, y ahí sí fue la releche, porque se ensanchó de tal modo que tuve que abrir enteramente la boca para abarcarla; las comisuras de mis labios me parecía que estaban a punto de rajarse; asfixiada, respiraba fuertemente por mi nariz. ¡Ay! Fui de abajo arriba, de arriba abajo, salivando su piel para poder llevar a cabo tan interesante mamada. ¿Qué jugo contendría este depósito? Diego no era tan considerado como Antonio y, en vez de masajearme las tetas, puso sus grandes manos sobre mi cabeza para guiarme, y, de vez en cuando, elevaba sus caderas. Escuché sus jadeos y sabía que le quedaba poco, pues su glande lo sentí muy caliente en mi lengua. Pronunció mi nombre un par de veces: "Nuria, Nuria"; y eyaculó. Tragué su leche, alcé la vista y lo miré. Había vuelto a dormirse. Salté de la cama, salí de la alcoba y entré en la cocina. Abrí la nevera y me mareé al leer tantas marcas: de zumos, de lácteos, de cárnicos; y me entraron hasta ganas de llorar cuando me giré y vi sobre una encimera la pata de jamón, en el jamonero. Y es que, claro, el amor no lo es todo.
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