1. “Todo ocurrió de una forma fortuita” 2ª parte


    Fecha: 21/06/2018, Categorías: Gays Autor: argamedon40, Fuente: SexoSinTabues

    Carlos y yo seguimos llevando los niños al colegio y tomando café diariamente. Incluidos los episodios mas agradables de tomar café en su despacho, cada vez mas habituales dada la complicidad que íbamos cogiendo. Carlos y yo seguimos llevando los niños al colegio y tomando café diariamente. Incluidos los episodios mas agradables de tomar café en su despacho, cada vez mas habituales dada la complicidad que íbamos cogiendo. En esas reuniones en las cuales dábamos rienda suelta a nuestra pasión, comenzamos a comentarnos situaciones que habíamos vivido con otras mujeres y vivíamos con nuestras esposas. Mi esposa se llama Marisa, tiene 42 años como yo, como he comentado tiene una tienda y le gusta estar siempre muy presentable, mide 1,72 y pesa unos 68 kgrs, morena con ojos color café. Físicamente es muy agradable , sus pechos no muy grandes, tienen unas aureolas rosadas y unos pezones en punta, su sexo sin depilar pero muy cuidadito tiene unos labios mayores muy sobresalientes y tiernos, que cubren un botón delicioso, que le proporciona un placer inusitado al tocarlo. El me enseñó fotografías de su mujer, Carmen de 44 años, no tan alta como Marisa, pero se adivinaban unos pechos grandes y un culito respingón. Hablábamos de como cogíamos, que le gustaba a cada una y como se comportaban en la cama, eso nos encendía y nos llevaba a unos estados de placer muy intensos. Cuando le comentaba cosa de Marisa a Carlos, notaba que se encendía y que aunque estaba conmigo, le habría gustado ...
    ... hacerla suya, eso lo pude corroborar unos meses mas tarde de nuestro primer encuentro, estando en su despacho. Ese día, habíamos ido a su despacho, sin desayunar, directamente, después de dejar a los niños; en el trayecto, yo, que estaba ya muy caliente, fui directo a su bragueta y mientras él conducía saqué su tremenda polla la miré y me lance a lamerla como un poseso, eso hizo que casi nos saliésemos de la carretera, pero me dejó hacer, la chupaba con fruición, con ganas, quería que solo fuese mía, la movía con energía deseando que manase todo de su interior y me regalase su néctar. No fue así ya que llegamos antes al aparcamiento. Me hizo salir del coche para, con prisa y agarrándome del brazo, empujarme hacia su despacho. Una vez allí, no me dijo nada, casi sin cerrar la puerta me besó, me presionó contra la pared y mientras su lengua se entrelazaba con la mía, su mano fue directamente a mis pantalones, abriendo todo y haciendo que mi verga saliese de su escondite, se agachó y sin dudarlo se la metió en la boca. Mientras me la mamaba, comencé a desnudarme . Ya desnudo, le levanté y comencé a besarle y empujarle hacia la cama que tenía en la otra habitación. Ahí, sin preámbulos, le desnudé, admiré su cuerpo atlético de carne tersa y dura , dando comienzo nuestros cuerpos a una danza de búsqueda de recovecos y lugares en los que dar y encontrar placer. Nuestras manos recorrían cada centímetro de piel hasta llegar a nuestras pollas que manejábamos con pasión, nos retorcíamos ...
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