1. Mi segunda verga (2a parte): rompieron mi corazón y culo a la vez


    Fecha: 21/06/2018, Categorías: Gays Autor: RodrigoMH, Fuente: SexoSinTabues

    ... orgasmo siempre. Miré al espejo y la imagen fue demasiado rica ¡uff! la tengo clavada en mi memoria hasta el día de hoy: Mi piel blanca contrastaba con la morena de Ricardo y el tostado cobrizo de Joaquín. Mi espalda arqueada al máximo mientras ese macho fuerte y de anchos brazos cogía mi cabello al tiempo que me penetraba con un ritmo exquisito ¡era un maestro con ese vaivén rítmico! Bajo de mí, mi nuevo hombre se retorcía espasmo tras espasmo de placer, mientras se aferraba con fuerza a mi cintura. Me arrepiento de no haberlo grabado. Unos minutos después Joaquín no aguantó más, me levantó con fuerza con su pelvis mientras metía toda su verga en mi interior, yo creí que mi culo se rajaba con ese dolor y grité más fuerte que antes. Allí fue solo dolor el que imperó, luego Joaquín dio su grito de placer irrepetible y bombeó esa leche en mi interior –Rico, rrrrico…- gemía detrás de mí mi tío. –No aguanto más- grité –Me arde demasiado- exclamé mientras creí que caerían lágrimas de dolor. –Aguanta putita, que ya me voy- Ahí Ricardo olvidó que era mi primera doble y la dimensión de ambas vergas, porque comenzó a meterlo duro, con fuerza, la bestia indomable que siempre ha sido. Yo no toleré y comencé a rogarle casi llorando que terminara, estaba decidido a salirme, pero ahora él me había afirmado con su desmesurada fuerza por mis caderas. Joaquín vio mi aflicción y volviendo en sí después de su éxtasis, se estaba enderezando y diciéndole a mi tío que se detuviera que me estaba ...
    ... dañando. Justo entonces sentí un espasmo de Ricardo, su característico bufido y el primer chorro de su abundante semen contra las ardientes paredes de mi culo, Joaquín volvió a gemir y cogió mi verga para masturbarla. El dolor en mí era insoportable, jamás había experimentado algo así, ni lo he vuelto a sentir, pero a la vez me estimuló más y más. Ricardo se había detenido y seguía llenando mi interior, que ya no tenía espacio entre esos grandes trozos de carne y la desbordante leche caliente. Volví a mirar al espejo y la escena me calentó otra vez, con Joaquín masturbándome volví a arquear mi espalda y me tiré sobre el pecho sudoroso de Ricardo que me abrazó con fuerza y besó mi cuello con mordiscos suaves, como él sabe que me fascina. Lancé el primer chorro de semen sobre la perfecta cara de Joaquín, luego cayó sobre sus pectorales y abdominales dignos del Olimpo. Gemí como nunca antes lo había hecho, olvidando por unos instantes el desgarro que sentía en mi interior. Luego de unos segundos Ricardo procedió a retirar su aún dura polla de mi culo, era la más gruesa, a pesar de hacerlo despacio me provocó un último gran dolor. Joaquín se enderezó para abrazarme, cuando volví en sí, con sus caricias y besos, limpié con mi lengua el semen de su rostro y nos besamos con ternura. Ricardo se desplomó en la cama al lado nuestro y acariciaba mi pierna. Seguí mucho rato montado sobre Joaco, él no quiso sacar su verga hasta que volviera a un tamaño que no me lastimara. Allí noté que ...
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