1. Camionero olor a polla..


    Fecha: 21/06/2018, Categorías: Gays Autor: brabitman, Fuente: xHamster

    ... en pelotas entonces...! - me daba corte, era algo que no hubiera hecho nunca en otras circunstancias, pero tenía las pelotas sudadas y ansiaba que corriera un poco de aire entre ellas. Además, aquel viaje era una aventura y no lo pensé mucho, total Tomás era un desconocido y no me importaba lo que pensara. En el gimnasio había estado muchas veces desnudo delante de otros hombres y siempre que lo hacía experimentaba un sentimiento de vergüenza y camaradería a la vez que me gustaba. Creo que era porque como sólo tengo hermanas, no me acostumbré de pequeño a desnudarme delante de otros tíos. Me apetecía mirar, pero no podía evitar pensar en mis genitales desnudos delante de los demás y a veces sin quererlo me empalmaba. Me despeloté y tiré el pantaloncillo detrás de los asientos encima de mi bolso, en la cabina que Tomás y yo usaríamos para dormir. Él me miró la polla y rió con su sonrisa infantil de dientes blancos. El aire me refrescó, pero la verdad es que enseguida también me produjo un efecto inesperado. Ante la libertad, mi polla mecida por el viento se fue animando, lo que me dio vergüenza, como en el gimnasio. No me empalmé, pero se me puso morcillona, si hubiera estado de pie hubiera podido decir que estaba "pendulona", ni dura ni blanda pero grande. El aire libre produce ese efecto entre los hombres, lo pude comprobar cuando estuve en una playa nudista. Tomás dejó de hablarme de motos y se puso a contarme cosas de su novia, que lo buena que estaba, que las tetas que ...
    ... tenía, que su culito suave como la seda, que su coñito húmedo al que le gustaba lamer... cada tanto se tocaba el paquete con su gran mano, se lo acariciaba, se rascaba los huevos, los acomodaba en el slip, se rascaba el ombligo, me miraba y seguía hablando. No me miraba de reojo, tenía una mirada directa, abierta, sincera, a mis ojos pero también a mis genitales, le interesaban, sentía curiosidad y me miraba sin tapujos. Yo trataba de poner una mano encima para que no se me notara, pero era peor, al contacto con mis manos la cabrona de mi polla se ponía mimosa y latía con más fuerza en una semi-erección que me daba gusto pero que yo trataba de controlar y eso me ponía nervioso.- Tienes una buena polla, chico..., pero yo te gano ¿quieres ver?- ¡Vamos! - le contesté sonriendo, para terminar con aquella situación incómoda, al menos si éramos dos en bolas estaríamos en igualdad de condiciones. Sin dejar de conducir se bajó rápidamente el slip por delante. ¡Caray! Tenía un pollon impresionante, yo no la tengo pequeña, más bien al contrario, pero Tomás era un superdotado, después de los manoseos se le había puesto bastante dura y se le había hecho muy larga y gorda. Seguía curvada encima de sus pelotas que eran como huevos de gallina enormes y gordos y el capullo le apuntaba hacia delante casi hasta tocar el volante.- Ayúdame a sacármelos que así no puedo conducir... - me dijo, refiriéndose a los calzoncillos. Soltó los pedales y levantó las piernas, me agaché a su lado y se los ...
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