1. El agarrón que me dio un judio


    Fecha: 29/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... miedo. Lo dejé seguir. Unos segundos después le dijé: - Don David, no, déjeme. - por qué no princesa, sé que tambien te gusta. Sin soltarme me dio el primer beso. Fue extraño, solo había besado a mi novio del año pasado y no era nada similar. Don David tenía labios gruesos y parecía querer comerme. Mientras me besaba me acariciaba el cuello. Me levantó del sofá y me puso frente a él. Soy muy bajita y él era un hombre alto y robusto. Empezó a abrazarme de la cintura parecía no despegarse de mis labios. Lentamente empezó a tocarme las nalgas sobre la falda Y después los pechos. Fue ahí que comencé a sentir algo especial. Lentamente me levantó la falda y me acaricio las piernas, poco a poco fue subiendo y metió el calzón entre las nalgas y empezó a tocarlas suavemente, pero con pasión: - mira nadamás chiquita, que culote tienes, que nalgotas. Decía mientras me masajeaba con delicadeza con ambas manos. - sr, no por favor, déjeme, mi papá ya va a llegar. Estaba roja de verguenza - no niña no va a llegar, y tú lo sabes, asi que no te apures que tenemos muuucho tiempo. Yo no sabia bien a bien como reaccionar. Tenia mucha pena, pero también esa rara sensación de lo prohibido y lo placentero que estaba resultando. Continuó besandome en la boca a pesar de mis protestas mientras me acariciaba las nalgas. Comenzo a desabrocharme la blusa. - vamos a ver que hay por aquí, dijo en un tono lujurioso. Casi me arranca los botones con sus manos grandes. Yo sentía morir de vergüenza e intentaba ...
    ... inútilemente taparme. La verdad es que mis pechos ya eran grandes para mi edad , pero lo que pareció enloquecerlo fue cuando por fín me desabrochó el brassier por enfrente y pudo ver mis areolas que eran muy grandes y sonrosadas. Se abalanzó , primero a tocarme y luego a lamerme, con gran excitación me dijo: - Mira nadamas que buen par de tetas tienes! Ah que ricas, qué chichotas amor. Yo sentía morir de pudor. Sin embargo esas palabras y esas caricias para mí tan atrevidas, poco a poco empezaron a hacerme cambiar de opinión. Veía su cabeza calva entre mis pechos y sentia sus manos tocandome al mismo tiempo las nalgas . Su lengua acariciaba y chupaba ávidamente mis areolas y luego con sus manos juntaba mis pechos y metía entre ellos la lengua y su antebrazo. - ay mamacita , que escondidas tenias estas cosotas, sabia que eras de tetas grandes, pero no me imaginé que tan ricas, mmmmm , niña estás hermosa! Yo ya no saabia que decir, empezaba a disfrutar de esas caricias pervertidas. Mientras él se aprovechaba de mi cuerpo, a su gusto , yo empecé a sentir algo que escurria dentro de mi cuerpo. Era el líquido lubricante qué pocas veces, muy pocas, había sentido. Y nunca de esa forma. Ese hombre horrible se levantó por fin del sillón y se puso por detras mío y me restregó su miembro en las nalgas. Estaba vestido, pero aún así senti que era muy grande y sentí miedo. - qué sientes muñeca, te gusta, ya viste como me tienes. - Don David, por favor, déjeme ir, soy virgen, le juro que no ...