1. LA PRIMERA PAJA QUE ME HICIERON, LA MEJOR DE MI VIDA


    Fecha: 26/06/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Me hizo una paja inesperada, la mayor gozada de mi vida Puedo asegurar que la paja que me hizo Rosa fue la mejor de mi vida, fue la primera que una tía me hacía y nadie me ha excitado tanto, nada ni nadie me ha dado tanto placer como Rosa meneándomela, nada ni nadie me ha hecho hacerme tantas pajas como Rosa, lo que ocurrió pasó como por casualidad e inesperadamente, lo cual lo hizo más excitante aun. Aquello que sucedió hizo que Rosa siga siendo la mayor de mis fantasías sexuales después de tantos años. Por entonces éramos bastante jóvenes, poco más que adolescentes, Rosa no era una belleza que se diga, una chica mas bien anchita y que siempre me había llamado la atención por las tetas que tenía, por entones Rosa tenía las tetas más grandes que yo podía imaginar, de echo me había empezado a masturbar por ella a cuenta de las tetazas que tenía. Rosa había llegado a cas como empleada del hogar ya hacia un par de años y yo fantaseaba de vez en cuando con ella, con sus tetas y con la esperanza (casualidades de la vida) de que algún día pudiera hacerme una paja. Esta fantasía me ponía bien caliente y comencé a masturbarme por Rosa cada vez con mayor frecuencia. Alguna vez que me estaba pajeando por las mañanas por debajo de las sábanas ella entraba en la habitación y yo tenía que hacerme el dormido con la polla en la mano y sin moverme para disimular. Siempre pensé posteriormente que Rosa intuía lo que yo hacía dado la gran cantidad de veces que me sorprendía en plena faena y ...
    ... que me imagino no me daba tiempo totalmente a simular. Es ahí cuando comenzó mi gran fantasía de que Rosa entrara en la habitación y me hiciera ella una paja. Un día estando yo en la cama se sentó en el borde de la misma estando yo acostado boca abajo y diciéndome que me levantara comenzó a hacerme un masaje sobre mi espalda desnuda (yo estaba en la cama solo con un boxer y la sábana por encima), Rosa dijo en voz baja: _ ¿No te han dado nunca un masaje? Yo no pude articular palabra mientras sus manos iban recorriendo mi espalda, aquello me condujo a un estado de excitación indescriptible, proferí algún gemido que otro mientras Rosa me masajeaba no pudiendo disimular el placer que me estaba proporcionando (hasta entonces para mí desconocido) y que hizo que me empalmara como nunca, la vida me daba que estaba boca abajo y con la sabana cubriendo de cintura para abajo). Las manos de Rosa hacían un trabajo increíble y cada vez descendían más, hasta que llegaron a la parte posterior de mi cintura, mi estado de nerviosismo y excitación iba creciendo progresivamente a medida que Rosa proseguía con aquella maravilla y suspiré _ ¡Dios…, vaya masaje! Rosa continuó con su trabajo hasta que sobresaltada por las palabras que vinieron de la planta baja de la casa la hicieron salir repentinamente de la habitación como una exhalación: _ ¡No te levantas ya….! (era mi madre) ¡Que ya va siendo hora…! Pasó como medio minuto hasta que ella volvió a entrar en la habitación. Yo me había quedado jodido ...
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