1. La Educación de William


    Fecha: 29/06/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Cuando William J.Felix, hijo conoció a la que habría de ser su señora, no se imaginó el rumbo que habría de tomar su vida. A sus cortos 23 años, poca experiencia tenía con mujeres, educado bajo el amparo protector de su padre y de su muy sobre protectora madre, los cuales lo habían acostumbrado a toda clase de lujos y caprichos, haciéndole la vida fácil , pero educándolo sin defensas naturales ante las vicisitudes de la vida. Le llamó la atención en ella, su feminidad, la seguridad que siempre demostraba en sí misma, su completa adaptación a toda clase de circunstancias y se acostumbró durante sus años de noviazgo, a depositar en ella toda su confianza y a verla como una persona muy especial, determinada y segura, un respaldo para su insegura personalidad. María Clara Estévez, tercera hija de Ricardo y Maria Victoria Estévez, era, a sus 21 añitos recién cumplidos ,toda una damita con personalidad y belleza envidiables. Galanes tuvo por montones, jugaba con ellos y desde muy chiquilla, gracias a la educación matriarcal que había en su familia, consideraba algo natural que los varones estuvieran subordinados a sus deseos y eso hizo siempre. Muchos de sus enamorados huyeron despavoridos luego de conocer profundamente sus verdaderos alcances, su verdadera personalidad de chiquilla dominante y caprichosa que siempre debía ser complacida. ¿Por qué escogió a William J,Félix hijo?. Porque vio en él un perfil de varón dispuesto a ser cuidadosamente entrenado y subordinado a sus ...
    ... caprichos. Porque la poca experiencia de William con las mujeres, la sobre protección que sus padres le brindaron, le conferían una excepcional capacidad de adaptación a sus dominantes deseos, y ella, luego de una larga y cuidadosa evaluación, de un minucioso estudio entre sus muchos pretendientes, supo que William sería el juguete de su vida. Para William fue algo así como un premio mayor de la lotería. No se imaginó nunca que una belleza morena, alta, delgada y con el pelo hasta el final de la espalda, pudiera enamorarse de él y prácticamente pedirlo a sus padres en matrimonio, qué paradoja. Fue María Clara desde el comienzo quien tomó la iniciativa y William sólo supo condescender a todo. Poco a poco se vio envuelto en la vorágine de las decisiones de su novia, siempre aconsejada por su familia a la que nunca conoció, y siempre aceptó lo que fue considerando como algo lógico y natural: que su novia debería llevar las riendas de la relación y que él debería hacer hasta lo imposible por complacerla. De tal manera que luego de dos años de noviazgo, de un feliz enamoramiento por su parte, iría al altar con la única mujer que había conocido y con la única mujer que le permitió saborear las mieles de un sexo a su manera, la manera dominante y férrea que Maria Clara puso en práctica probándolo, permitiéndole algunas pequeñas libertades, manoseándolo discretamente, midiendo su miembro con estudiada dedicación, al fin y al cabo sería esa su propiedad y debía estar segura de su mejor ...
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