1. mi feminizacion


    Fecha: 30/06/2018, Categorías: Transexuales Autor: karlaguadalupe, Fuente: xHamster

    De cómo en mi pubertad un tío se agarró terrible calentura conmigo y al saciarla despertó la mujer que dormía en mí, acompañándome en todo mi proceso de transformación desde el dulce y tímido varoncito que era por ese entonces a la exuberante, sensual y desenvuelta mujer que soy hoy.Los hechos que voy a relatar ocurrieron cuando yo tenía alrededor de doce o trece años y fueron el resultado de la calentura que un tío se agarró conmigo. Ahora, a mis veinticinco años, hecha toda una mujer, puedo relatar cómo fueron los inicios del camino que me condujo a mi situación actual.Bueno, el hecho es que yo a esa edad, como muchos chicos, aún no tenía bien definida mi futura orientación sexual. Sólo recuerdo que compartía conversaciones "prohibidas" (estamos hablando de comienzos de los '50) con algunos de mis compañeritos de escuela que empezaban a experimentar el despertar de la curiosidad por ese por en aquel entonces confuso campo de la actividad humana llamado sexualidad. Yo, si bien no era afeminado, debo decir que tampoco daba el tipo del varoncito de mi edad: tímido, más bien callado, solitario, rehuía los juegos preferidos por mis compañeritos, en particular el más popular de todos ellos: el fútbol. Y acá entra en escena mi tío.Como mi padre estaba más bien ausente en mi vida (cuando no estaba trabajando la pasaba fuera de casa con sus amigos) este tío, a quien empecé a tomar mucho cariño, venía un poco a llenar ese vacío. Era muy divertido, me enseñaba muchas cosas y me hacía ...
    ... pasar muy buenos ratos. Lo que nunca me imaginé cuando me empecé a habituar a su trato es en qué iba a terminar todo eso, es más, ahora pienso que incluso en esa primera etapa de nuestra relación él ya tenía una gran calentura conmigo y ya tenía todo planeado acerca de cómo iba a terminar todo eso. Bueno, los primeros acercamientos sexuales comenzaron cuando hacía ya un tiempo que yo me había acostumbrado a pasar mis tardes en su departamento de soltero. Un día me dice que me iba a mostrar algo que estaba seguro que me iba a gustar. Me lleva a su dormitorio y saca de un ropero varias revistas que en cuanto me mostró las tapas, quedé encandilado: se trataba de revistas porno que, en esa época de férrea censura, eran prácticamente inconseguibles para la gran mayoría de las personas, menos aún para un niño como yo. A lo sumo hasta ese momento había alcanzado a ver alguna que otra publicación clandestina de origen nacional que había llevado a escondidas alguno de mis compañeros a la escuela, publicaciones de bajísima calidad, en blanco y negro y papel muy ordinario, todo lo cual hacía que las fotos fueran muy borrosas.Pero estas que me mostraba mi tío eran otra cosa: eran revistas importadas que él, como empleado de Aduanas, había podido obtener. Eran de una calidad superlativa, con fantásticas fotos en colores que mostraban mujeres desnudas en todas las poses, como hoy es habitual ver no solo en los kioscos sino en Internet, pero que en aquella época estaban vedadas a casi todo ...
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