1. Un encuentro casual con Miriam


    Fecha: 01/07/2018, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Un encuentro casual con MiriamLa primera vez que vi a Miriam fue en el bendito FB, un lugar en la red donde todos quieren estar, pero algunos después se arrepienten, porque realmente es un lugar bastante peligroso, especialmente para los hombres casados….Miriam era una morocha realmente voluptuosa, muy sensual, con actitud avasalladora, siempre provocante. Sus fotos la mostraban siempre en poses sensuales y provocativas, con calzas bien ajustadas, faldas cortas o micro biquinis.Acusaba en esa época estar rozando casi los cincuenta años, pero estaban muy bien llevados, un cuerpazo magnífico para esa edad, curvas bien torneadas y naturales, nada agregado artificialmente. La piel siempre ultra bronceada, con varios tatuajes en los hombros, cola y una cicatriz de cesárea en el pubis que me hacía los ratones pensando cómo sería la rajita que estaba por debajo…Vivía en un barrio vecino a nosotros, casada con un buen hombre aparentemente, los pibes ya crecidos e independientes. Pasaba gran parte de su tiempo en una ciudad interior de la provincia, donde se reunía con parientes y amigos de su juventud.Traté siempre de darle charla en privado para que me confesara sus fantasías más salvajes, pero pronto llegué a la conclusión de que no quería compartir su vida privada. Tampoco le daba pie a muchos hombres que por supuesto le insinuaban de todo en su muro del FB. Estaba siempre rebotando propuestas indecentes y pataleando contra los “zarpados” que la acosaban; sin admitir nunca que ...
    ... era ella quien los provocaba con su tan salvaje y descontrolada sensualidad.Para esa época yo llevaba un par de años de matrimonio con Anita; pero sabía que ella cada tanto se encamaba con otros tipos. Era casi una ninfómana y necesitaba mucha más verga de la que yo podía darle.Una tarde temprano encontré por casualidad a Miriam en unos de los grandes hipermercados de la zona, eligiendo yerba en una de las góndolas junto a su marido, que se apoyaba en el carrito mientras miraba alrededor con aire aburrido. Ella estaba increíble, como en sus fotos. Usaba una campera de cuero corta a la cintura, una camiseta oscura bien ceñida al cuerpo, que dejaba apreciar sus prominentes tetas bien firmes y redondas. Unas calzas estampadas de leopardo dejaban ver las redondeces de su culo bien firme y unas botas cortas de cuero completaban ese atuendo de “aquí estoy, vengan a cogerme, si se atreven”.Me acerqué por detrás de ella, aprovechando que su marido estaba un poco más alejado y mirando otros productos en la góndola. Deslicé mi mano entre sus piernas algo separadas, rozando su hermoso culo y acariciando su raja con dos de mis dedos. Ella se enderezó y reprimió un grito de sorpresa, pero ni siquiera giró para enfrentarme. Simplemente apretó sus muslos, atrapando mis dedos entre su entrepierna. Sentí el calor que emanaba esa concha hermosa que debía tener esa mujer. Comencé a deslizar mis dedos adelante y atrás, para que entendiera que no había sido un toque accidental. Ella respondió ...
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