1. Deseo reprimido (II): Final, mi esposa y el primo se sacan


    Fecha: 02/07/2018, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: hectornieto, Fuente: CuentoRelatos

    ... envalentonado se acerca y nos lleva a la barra, allí dice que pidamos más tragos que el invitaba, Mi esposa pide el suyo y nerviosa se va al baño de damas. Yo pido mi trago, el primo de mi esposa hace lo mismo al sacar su billetera noto que se le cae la tarjeta llave de su habitación. Con la poca luz del lugar nadie la ve, en un momento de distracción del primo, me agacho y tomo la tarjeta. El primo dice que tiene que ir al baño. Obviamente lo seguí. Allí el mentiroso estaba esperando en la puerta del baño de damas que saliera mi esposa. Cuando eso ocurre la arrincona, ella le dice que no, no está cómoda. Bien que al mediodía le saco lustre a la pija de su primo y ahora estaba histeriqueando. En ese arrinconamiento veo como la mano del primo se desliza entre las piernas de su prima, ella pone sus manos y brazos contra el pecho de él. Pero no parece estar convencida de la resistencia que quiere oponer. Veo su mano hurgando en la vagina de mi esposa, aprovechándose de la cantidad de gente pasando, de la poca luz que hay. Un par de minutos así y veo como su mano comienza a retirarse, pero junto con ella va arrastrando su tanga roja. Con habilidad y disimulo baja la tanga hasta que por la gravedad cae al suelo. A ella se la ve temblorosa, y no de miedo, estaba disfrutando el momento. Mi esposa levanta sus pies, la tanga se enreda en uno de sus tacos. Ella levanta sensualmente su pierna a una altura donde el primo recorriendo su pierna, su rodilla y su pantorrilla logra tener ...
    ... acceso a su zapato de taco. Logra sacar la tanga de su prisión, la hace un puñado y se lo lleva a su nariz a la vista de ella. Luego se guarda la tanga en su bolsillo, le dice algo al oído, ella muerde su labio y parece decirle que no puede seguir con este perverso juego. Vuelvo a mi lugar en la barra, unos minutos más tarde veo llegar a mi esposa, mientras camina mira a todos lados, se baja el vestido en cada paso. Era la culpa andante. Atrás viene el primo, saludando a quien se encuentra en el camino. Con una sonrisa insoportable en la cara. Cuando llegan donde estoy, les digo que me siento mal, que estoy mareado, que tome de más. Que me iba a tomar aire o un café al resto del hotel y luego a mi cuarto a dormir. Mi esposa quiere seguirme, le digo que no, que siga disfrutando de la fiesta, que en todo caso si me sentía mejor bajaba en un rato. Le digo a su primo que la cuide, que no la deje ir, que disfruten la fiesta. Inmediatamente salgo a la habitación del primo. Tengo su tarjeta. Una vez dentro, veo si puedo esconderme en el baño, pero seguro pasarían por ahí, el único lugar potable era en el placard. Dejo la tarjeta en la puerta de entrada y cierro la puerta, quedando obviamente abierta. Me escondo en el placard esperando ver algo por la rendija. No pasaron ni cinco minutos y se escucha al primo entrar con mi esposa. Dice que no puede ser tan colgado de haber dejado la tarjeta en la puerta e irse. No sospecha nada. Ella esta tímida, le dice que es un error, que lo que paso ...