1. Mi nuevo papá quiere verga


    Fecha: 03/07/2018, Categorías: Anal Gays Sexo con Maduras Autor: samy15, Fuente: xHamster

    Mi nombre es Camilo, tengo 22 años y vivo en Bogotá. Mis padres decidieron divorciarse hace tres años y cada uno ha entablado una nueva relación de pareja. Me quedé a vivir con mi papá aquí en Bogotá porque ya había empezado la universidad. Mi mamá se fue a vivir a su ciudad de orígen, Barranquilla, ubicada en el norte del país, a orillas del Mar Caribe.Para las vacaciones de mitad de año del 2008 fui a ver a mi mamá y a su pareja. Al llegar al aeropuerto ella me esperaba junto a él. Su nombre era Vladimir, un hombre trigueño, de estatura media (1,70 m) y cuerpo macizo. Tras la presentación de rigor y un par de frases corteses emprendimos el camino. La casa de mi mamá y su novio era un pequeño apartamento ubicado en el piso 11 de un edificio, con tres habitaciones y balcones con una gran vista.Vladimir me trató amablemente desde el principio y me tranquilizó saber que se llevaba muy bien con mi madre. Tenía barba candado y ojos café, y después de un par de días en casa no pude dejar de notar su trasero perfecto que se dibujaba bajo sus pantalones. Siempre me han dado morbo unas buenas nalgas y las de él eran irresistibles, aunque yo lamentaba que no pudiese ocurrir algo entre los dos.Barranquilla, al estar a nivel del mar es una ciudad con un clima muy caliente, a diferencia de Bogotá que está a 2.600 metros de altura y en donde llueve la mayor parte del tiempo. A la hora de dormir no usaba más que unos boxer sueltos de algodón. Un domingo, en el desayuno mi mamá me informó ...
    ... que estaría fuera todo el día y que Vladimir y yó debíamos ir a almorzar a un restaurante. Volví a mi habitación, intenté correr la puerta del balcón pero noté que estaba cerrada con llave. Llamé a Vladimir para que me diera una mano y al llegar a mi habitación con unas llaves en la mano vi que sólo traía un pequeño calzoncillo blanco.Era la imágen que había imaginado desde el primer día, tenía las piernas gruesas y sus nalgas paraditas y de inmediato noté que estaba totalmente rasurado. Cuando me abrió la puerta se tumbó sobre mi cama y empezamos a conversar acerca de los sitios para ir a almorzar. Yo conecté el Nintendo para jugar un rato y me senté a su lado, en la cama. Cada vez que él miraba hacia otro lado yo le miraba el trasero y las piernas. La conversación avanzó y terminó preguntándome sobre mi novia, le contesté que hacía ya un par de meses que no estaba con nadie. Se sorprendío y me dijo con una sonrisa que no me creía porque yo era alto y atractivo. Sonreí también y le dije que me gustaban las chicas bandidas y de mente abierta.Supe a donde iba a conducirnos aquel juego de palabras y cuando me preguntó a qué me refería le dije que a mí me gustaba el sexo anal con las chicas y que no todas estaban dispuestas a permitirme ese inmenso placer.De inmediato se hechó boca a bajo en la cama e indagó acerca de porqué tenía yo aquella preferencia. Le contesté que disfrutaba a lo grande de la estrechez y la temperatura del culito. Ví como se sonrojó y cambió de tema. Tras ...
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