1. Doctor Luc (Primera Parte: Conocerse)


    Fecha: 03/07/2018, Categorías: Gays Grandes Relatos, Autor: Soy NEIL, Fuente: CuentoRelatos

    ... sensación del papel me parecía sexy en ese momento-, toco mi pecho con un estetoscopio y mi vientre con sus manos. Mi latidos estaban acelerados, no me dolía nada y eso era claro aunque intentara pretender lo contrario. Mi pene estaba erecto al 100% -o más-. Era muy claro para ambos que yo no estaba enfermo, yo simplemente era un caso irremediable de calentura, sexual, no febril y aquel doctor en vez de tener la cura, me estaba poniendo más caliente. De todas formas no dijo nada y me dio el certificado de incapacidad. Salí de su consultorio y no pude aguantar, fui al baño de la clínica. Un solo cubículo, tranqué la puerta y me quité la remera. Tenía la suerte de yo mismo tener un pecho peludo también y así, al pasar mi mano por mi pecho podía imaginar que las pasaba por el pecho de aquel doctor que estaba a dos puertas de mi en ese preciso momento, posiblemente atendiendo a otro chico gay fantaseando con él. -Quizás a ese si se lo meta- pensé, pero me escupí en mi mano y me la seguí jalando fuerte mientras me frotaba las tetillas y recordaba la sensación de sus varoniles manos sobre mi pecho desnudo. De pronto escuché la cerradura de la puerta, ¡carajo! ni siquiera estaba haciendo ruido, -¡déjenme masturbarme a gusto!- pensé, la puerta se abrió. ¡Mierda! era él, el doctor que había abierto con la llave llave. Le tiré la puerta para que no entrara y me vestí rápido. Pero que paja tan maldita, tan buena e interrumpida por su inspirador a poco de venirme. Salí nervioso, ...
    ... apenado, tembloroso y agitado, él estaba aún afuera e intentó decirme algo, pero yo tenía demasiada pena, ni siquiera lo dejé hablar y salí corriendo de la clínica. Al menos tenía el certificado. Tarde Loca. Aún tenía la verga cargada al 100% y estaba solo en mi apartamento, pero el momento había pasado. Llamé a Sergio, mi mejor amigo -con derechos-. Él siempre tenía más ganas de mi, que yo de él, pero siempre me sacaba de apuros y en vistas de que él doctor no me iba a penetrar y no tenía ganas de esforzarme en ligarme a nadie, nadie me iba a descargar la verga mejor que él, ya la conocía y sabía que me gustaba. Tuve que acceder a salir a bailar con él -a Sergio le gustaba aquel plan de pretender que éramos novios-, pero siempre era así y no me molestaba; solo íbamos al mismo lugar de siempre, bebíamos un cocktail mientras pretendía escuchar sus problemas con Jonathan -Su verdadero novio-, bailaba un par de canciones con él, que en otras palabras era frotar mi pene contra su trasero por diez minutos en la pista de baile y listo, me abría las piernas en el baño y lo penetraba hasta quedar satisfecho echándole todo mi semen en su culo. Siempre lo llevaba a su casa, le daba un beso en la mejilla y le decía que era un gran chico, que era mi mejor amigo y que lo quería mucho, él sonreía, me guiñaba el ojo y entraba al modesto edificio de apartamentos, siempre custodiado por prostitutas travestis. Esa noche Sergio se sentía mas caliente que nunca, me halaba de la camisa y jugaba con mis ...