1. Un sábado noche en Sevilla


    Fecha: 03/07/2018, Categorías: Intercambios Voyerismo Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... Cruzó la mirada con la de Mónica. Sin palabras vio que ella le decía que disfrutara con lo que venía. Se colocó entre las piernas de la chica, presionando con sus rodillas para que ella se abriera algo más. Vio el pequeño coñito rosado, con el clítoris hinchado y rojo. Los labios, entre el incipiente pelo, brillaba de lo mojada que estaba. Dirigió la polla con la mano hasta la vagina de la chica y empezó a rozarla. Es verdad que con el condón no era lo mismo pero era, aún así, una sensación maravillosa. Recorría con el glande los labios vaginales de ella. Ella estaba con la cabeza hacía atrás, con los ojos cerrados y a cada roce gemía de placer. Joder, como necesitaba follarse a aquella pequeña lolita. Apretó el glande contra el coñito y vio como poco a poco cedía y la polla se abría camino hacia dentro de la chica. Es verdad que le costaba, pero iba entrando. -Si te duele, avisame, vale? - le dijo a la chica. Ella asintió. - No quiero hacerte daño. -No te preocupes, si eso te aviso – contestó ella manteniendo los ojos cerrados. - Pero metemela ya, por favor. Esto bastó para que Manu apretara. La polla se deslizó hacia adentro. Un gemido algo más fuerte salió de la boca de la chica. - A ver que eres capaz de hacer, Manu. Era Mónica que se había levantado y ahora estaba junto a ellos viendo como penetraba a la chica. -Quiero ver como te follas a esta jovencita. El novio de la chica que estaba a punto de follarse también estaba allí, mirando como su chica estaba debajo de él, a ...
    ... punto de recibir sus acometidas. Eso bastó para que Manu iniciara un rítmico movimiento. La chica se movió algo acomodándose mejor antes los primeros empujones de Manu. Una vez adquirida la posición apretó a Manu entre sus piernas. Manu endureció las acometidas. La situación de saberse observado, mientras se follaba a otra, por su propia pareja y por la pareja de la chica le tenía cachondo perdido. Aparte, claro está del poder de ponerle a mil que tenía aquella chica. Cada vez daba más fuerte. Quería reventar aquel pequeño cuerpo que se aferraba al suyo y que gemía cada vez con más fuerza. Notaba el sudor que empezaba a recorrer su cuerpo. La chica también empezaba a sudar bajo él. Los brazos de ella volvieron a agarrar con fuera su cuello y su lenguas volvieron a encontrarse. Al mismo tiempo Manu sentía como ella rodeaba, o lo intentaba, su cuerpo con sus piernas. -Vaya, vaya, parece que la niña lo está pasando más que bien eh? - oyó la voz de Mónica con un tono burlón. - Venga cariño, demuestrale a la niña lo que vales. Las siguientes embestidas debieron dolerle a la chica, aunque no dijo nada. Pero debieron dolerle porque le dolieron hasta a Manu. Pero no se detuvo. Siguió taladrando aquel coñito. Quizás fuera a la quinta o sexta embestida de aquella tanda cuando notó que el condón se rompía por la fuerza de la follada. Pero siguió adelante. No podía detenerse ahora. Ella debió notarlo también, porque entre gemidos y sollozos le dijo que no parara, que siguiera. -No vayas ...