1. Mi esposa fue feliz esa noche con otro hombre


    Fecha: 04/07/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tarea envidiable, le daba a mi mujer con que fuerzas, se lo sacaba casi todo y la cogía todo adentro y así siempre, saca y mete, saca y mete. Mi mujer gritaba tanto que él tuvo que decirle que podían oirla, ella le decía que no hable, que solamente la culeara como lo estaba haciendo. Sin mentir, esos dos culearon una hora seguida sin descansar, se ponían en todas las posiciones posibles, acababan y seguían culeando hasta que él le pidió, bueno mijita, dejeme terminar lo de esa noche. Mi mujercita, bien mandada se puso de rodillas y abrió las piernas. Vimos cuando Toño le puso la cabeza del pene en su rabito pequeñito y no le entraba, el se rió y dijo, mi amor, si te duele dime y lo saco, cuando para nuestra sorpresa elle respondió, tu verga no me hace doler, me da placer por donde me la metas y él dijo, y tu marido te da este mismo placer, la muy puta respondió: con la de mi marido solamente me pico y quedo enterita, en cambio con la tuya solamente la pruebo y me hace acabar. La verdad es que me dio rabia (después en la casa mi mujer dijo que si dijo eso fue por la pasión del momento, pero sonriendo dijo que mi verga era pequeña pero que ella sabía como metérsela para sentir gusto. No me quedé muy contento). Bueno, parece que en verdad la verga de Toño la satisfacía completamente, porque con la mía le dolía y con la de Toño, siendo casi el doble que la mía sentía placer y no dolor. Así es la vida, nadie sabe para quien trabaja. Mi "amigo" Toño se la sacó y se acostó boca ...
    ... arriba, mi mujer se levantó despacio y con una coquetería y movimientos tan femeninos que le daría envidia a cualquier mujer experta, se sentó encima de él. Toño le cogió las nalgas y se las abrió, le puso el pene el rabo y mi mujer se lo metió enterito moviendo las caderas con una habilidad impresionante. Sinceramente, que rico era verla culeando tan feliz y arrecha que no me arrepiento de este momento. Cada vez que recuerdo estos instantes se me para de inmediato. Al fin de todo, el tipo la sacó de la cama y la puso agachada en la silla, o sea, ella parada pero un poco agachada, con las manos en el respaldar, le abrió las piernas, la agachó un poco más y se lo metió nuevamente por su rabito. A estas altura mi mujer ni pestañeò, solamente empezó a moverse que parecía que le iba a arrancar la verga a ese hombre, cuando vimos que el tipo intensificaba más las embestidas y con más fuerza que le quería meter hasta las bolas hasta que la cogió de las caderas, la atrajo más hacia él y le pegó unas diez embestidas más potentes y decía ah, ah, ah, ah y acabó dentro del culo de mi mujer, por su parte ella hacía lo mismo y tal parece que acabaron juntos. Quien lo creyera, mi mujer había acabado por todos sus ricos huecos, dichoso ese hombre por tener ese palo tan grueso y tan grande, pero bueno esa es la suerte de algunos. Se acostaron un rato en la cama, fueron juntos al baño, se bañaron en la ducha, se besaron un rato manoseándose mutuamente, salieron y se fueron. El la dejó en la misma ...
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