1. Mi ahijada Andrea. 3


    Fecha: 08/07/2018, Categorías: Hetero Autor: vicioso69, Fuente: SexoSinTabues

    Y el siguiente día llegó. Mi pareja, como los anteriores, se fue a trabajar y yo me quedé esperando con ansiedad que Andrea despertara y saliera de su habitación. Pero Andrea no salía. Parecía que el tiempo no corría, que se había detenido. Por eso a las nueve y media ya no pude aguantar más y excitado y ansioso me dirigí a su habitación. Iba completamente desnudo, a mi pareja y a mí nos gusta dormir desnudos y ya no era el caso de taparme delante de Andrea, abrí la puerta con cuidado y la encontré plácidamente dormida. Estaba preciosa, echada de costado, con una mano bajo la almohada y la otra sobre ella y la pierna superior flexionada con la rodilla hacia su pecho, lo que hacía que toda su entrepierna quedara expuesta y aunque llevaba sus braguitas no dejaba de ser una visión tentadora. Me acerqué sigiloso a la cama observando su cara angelical de niña buena que para nada dejaba entrever la sensualidad que ese cuerpecito, aún con rasgos de niña, podía desplegar. Estaba sumida en un profundo sueño y respiraba cadenciosamente y con cada inspiración sus pechos se movían bajo la camiseta que los ocultaba. Estuve contemplándola un buen rato admirando la perfección de sus formas, pensando que con el paso de los años darían lugar a una preciosa y espectacular mujer y me excitó sobremanera el hecho de ser yo quien gozaba de ese cuerpo aún en desarrollo, era yo quien le estaba enseñando los placeres del sexo y era a mí a quien se entregaba deseosa de experimentar y aprender como ...
    ... una alumna aplicada. Con mucho cuidado para no despertarla me eché a su lado y la abracé desde atrás. Ella se removió un poco pero siguió durmiendo y yo puse mi mano sobre sus braguitas allí donde ocultaban su sexo. Lo sentí cálido a través de la tela y me quedé quieto disfrutando el momento. Acerqué mi cara a su nuca y aspiré el perfume que emanaba de su cuerpo. Era un olor fresco a la vez que embriagador, olía a niña y a mujer al mismo tiempo. Ya no pude reprimirme más y posé mis labios tenuamente en la piel de su nuca. Empecé a darle besitos casi imperceptibles, aunque cada vez mis labios presionaban más y hacían la caricia más larga. Andrea empezó a despertarse perezosamente y cuando se percató de mi presencia me dedicó una sonrisa mientras yo le daba un besito en la mejilla. Al moverse, mi miembro erecto presionó en su trasero y mi mano quedó aprisionada entre sus muslos. Le dije: Te deseo, tengo muchas ganas de estar contigo. Me miró sonriente y se estiró para desperezarse haciendo que sus pezones se marcaran en la tela de la camiseta. Se dio la vuelta quedando boca arriba y yo me incorporé sobre ella y empecé a darle besitos en la cara y en la frente a la vez que mi mano acariciaba sus pechos bajo la camiseta. Era la primera vez que la besaba y no sabía como iba a reaccionar, por eso fui poco a poco acercándome a sus labios con cada besito, para finalmente posar los míos sobre los suyos muy tenuemente, casi sin rozarlos. Ella no se movió y aunque no me devolvió el beso ...
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