1. Orgía en el campo


    Fecha: 08/07/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... era nueva, me pusieron de pie, y solamente podía descansar sentándome en una silla de la que salía un tremendo pollón que tenía que montar para poder relajar las piernas. Cuando se me irritaba el coño, me lo introducía en el culo y así alternativamente. A la mañana siguiente uno de los hombres me despertó de un profundo sueño y agarrándome del pelo me levantó, me soltó el collar y me llevó arrastrándome hasta la cocina. Me gritó que estaban esperando el desayuno y que calentara unos cafes con tostadas. Mientras tanto, la otra chica era follada por todos ellos, mientras chupaba con ansiedad el resto de los falos que no estaban dentro de su culo y coño. Cuando terminé con los cafés, uno de ellos me pidió que me acercara a por mi ración de leche y poniéndome de rodillas, recibí tremendos chorros de esperma que no pude tragar en una primera tacada. Verdaderamente esos tipos eran unos auténticos sementales y no nos dejaban tregua. Estábamos en un agujero sin salida y no sabía exactamente cuanto iba a dudar esta pesadilla. Durante los primeros días, los cinco hombres no paraban de follarnos a todas horas, lo que suponía un inmenso placer que sin duda me dejó huella. Pero transcurridos 5 días de cautiverio, nuestros "dueños" comenzaron a pensar en ganar dinero con nosotras y ...
    ... decidieron prostituirnos. Así, la mañana del sexto día, acudieron a la casa ocho tipos muy bien arreglados, que venían con la única intención de desfogarse por completo y cumplir todos los sueños más porno que jamás habían tenido. Nuestros amos, nos pusieron desnudas completamente y bien aseadas y perfumadas en la parte de arriba de la casa, que era donde dormían los hombres, y en pocos minutos, aparecieron los ocho hombre con los rabos tiesos y unas miradas matadoras y sin mediar palabra, se repartieron en dos grupos y comenzaron a meternos mano primero, a obligarnos a que se la chupáramos después y por último a follarnos en todas las posiciones posibles. A mí, me penetraron analmente unas quince veces. En mi boca se corrieron otras tantas y fui doblemente penetrada en cuatro o cinco ocasiones. Mi culo y mi coño rezumaban esperma por todas partes y mis músculos estaban agarrotados y completamente agotados. Cuando los tipos se marcharon, nuestros dueños que habían grabado la orgía, se pusieron cachondísimos y nos volvieron a follar en varias ocasiones. Cuando acabó el cautiverio, que duró 14 días, mi cuerpo necesitaba ser follado y desde entonces, me he convertido en una auténtica ninfómana, y busco desesperadamente una buena polla que me permita calmar el mono diario. 
«123»