1. Inicio a un mundo nuevo


    Fecha: 08/07/2018, Categorías: Intercambios Autor: Alvaroalba, Fuente: SexoSinTabues

    ... madre que enseña a un hijo, me hizo girar dejando y mi polla completamente erecta quedo ante ella. Verla arrodillada, preciosa, con una sonrisa picara no fue nada al sentir su primer beso en mi polla, las caricias de sus manos no tardaron en acompañarse de la sensación de su cálida boca degustando cada centímetro. Esa chica sencilla, agradable y con aspecto casi ingenuo tragaba con la maestría de una profesional mientras su pareja permanecía fuera, era mucho para mí, no iba a aguantar y ella lo supo, freno su caricias y poniéndose de pie me propino un delicioso beso con sabor a mí “poco a poco, tienes que aguantar, ven”. Siguiéndola hasta la cama en la penumbra de la tienda mire su cuerpo y pude disfrutar del espectáculo, desnudándose poco a poco mientras me miraba, remarcaba con sus ojos que yo seguía siendo su marioneta, torpe, ingenua y eso parecía gustarle. “¿Te gusta?, ven quiero sentir tu boca”, se subió a la cama y me atrajo hacia ella, Sus manos guiaban mi cabeza marcando el mejor recorrido del mundo, su boca, su cuello, sus pechos deliciosos, su vientre, todo a su ritmo, a su deseo hasta llegar a su perfumado coño, un perfume que ya concía, el perfume del sexo de mujer que inundaba mis sentidos. Pese a mi ingenuidad, eso no era algo que desconociera y menos cual era su deseo así que deje que mi lengua recorriera primero sus ingles de un modo travieso, yo también quería aportar y demostrar que buscaba su deseo ansioso, y después el manjar más preciado. La humedad ...
    ... intensa de sus jugos se mezclaba con mi saliva mientras sentía su cuerpo arquearse. Deslizaba mi lengua por su rajita para terminar dando traviesos mordiscos en su clítoris seguidos de suaves caricias hasta el punto que creí apreciar su primer orgasmo. Me detuve unos segundos y salí del calor de sus muslos para mirarla y ver su sonrisa, “toma”, el preservativo que me daba no dejo lugar a dudas, los dos lo necesitábamos y gracias a mi dedicación hacia ella había calmado un poco mi propia ansiedad. Me lo puse bajo su mirada atenta y ansiosa, sonriendo me atrajo hacia ella tal y como estaba, tumbada boca arriba con sus piernas a los lados de mi cintura. “Ssss ven yo te guío” escuche mientras su mano envolvía mi pene y lo llevaba hasta la entrada a la que tanto cariño había dedicado, tirando de mi nalga hacia ella sentí su calor envolviendo mi polla en cada centímetro de recorrido. Lubricado pero estrecho notaba sus paredes apretando mi pene, dándome un placer delicioso, que continuó en un vaivén marcado por sus manos. Los jadeos comenzaron a brotar de su boca dejándome en un trance delicioso, que aumentaba por momentos hasta que un sonido rompió el momento, la cremallera del avance se abría y no tarde en apreciar la figura de Raúl, casi petrificado pare, casi me había olvidado de él, no existía pero ahora todo se venía abajo. Las manos de Elise tomaron mi cara y haciendo que la mirara me beso, “céntrate en mí, sigue, lo pasaremos bien”, su acento francés resonaba en mi cabeza ...