1. Sopa de gemelas


    Fecha: 11/07/2018, Categorías: Primera Vez Sexo en Grupo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    «Carajo... qué puta aburrición...», eso pensaba en esos días. Y es que había dejado, lo que ahora consideraba todo un paraíso, para venir a este miserable pueblo sólo para cuidar a mi abuela, quien se la pasaba dormida casi todo el día. Así que, en realidad, era como estar solo. Solo y encerrado en el jodido local de la casa donde únicamente se paraban las moscas pues, la mera verdad, la farmacia ya está bien deshabilitada.Sí, la vieja ya está muy grande, y así ya ni puede con el negocio, pero hazla entender. La muy ca... nija nomás no quiere dejar la farmacia. A pesar de que le han ofrecido rentarle el local; así siquiera recibiría una lana y, sin tanta bronca, tendría lo necesario para arreglar la casa que ya se está cayendo de lo vieja que es; pero nomás no quiere.Y ahí estaba yo, ya bastante fastidiado, no sólo del negocio sino de lo tedioso que era el pueblo en sí. Hasta ese momento no había visto a ninguna mujer que valiera la pena. Y es que a mí me gustan bien culonas. Nada de tetas aguadas y nalgas inexistentes como las aquí presentes. A mí me encantan los buenos culotes de señoras bien ponedoras y dispuestas. Es por eso que donde antes radicaba ahora me parecía el paraíso:Por allá, jóvenes o señoras, casi todas por igual, poseen buenas asentaderas, ufff... de eso puedo dar fe. Nada más es cosa de salir a la calle y tienes garantizada la inspiración para la chaqueta diaria.Hasta me hice un perfil en elFace con el nombre delCazaculos, en donde casi a diario subía ...
    ... videos a una carpeta que titulé:Culos subidos por el móvil.Ah qué buenos recuerdos, qué ricas culeadas. No voy a decir que a todas esas culonas me las chingaba, pa’ qué mentir; pero sí tuve la oportunidad con una que otra habitante deAh Kim Pech. Recuerdo con especial cariño a dos de las que me hice “amigo”. Un par de mujeres que conocí enSascalum, la colonia donde viví. Una joven y la otra ya seño:La primera vez que las vi iban caminando tomadas del brazo. Pensé que eran madre e hija yendo al mandado, pero al acercarme más a ellas y escuchar su conversación...¡Puta..., par de cabronas!¡No mames!, se platicaban sus asuntos de cama. ¡No manches, bien picaronas las muy ca...! Más parecían amigas o comadres que otra cosa. Se confiaban cada cosa en plena calle que aquello me pareció bien caliente. Como me las topé más de una ocasión, ya luego supe que sí eran parientes, pero no como me había imaginado. Eran tía y sobrina. ¡Y no manchen! Bien pinches entronas para el catre resultaron ser. Las aventuras de cama como que les gustaban a ambas. No pues, como que por allá traen la sangre caliente ya de nacimiento.Pero aquí... ¡...puta! Nada. Y no te puede ver una mujer que la estés apreciando porque se ofende. «¡Pinche lugar del carajo!¿Para qué me vine pa’cá?», más de una vez pensé así, reprochándome a mí mismo.Había botado un lugar habitado por damas dignas del colchón, con ganas de ser culeadas y con la seguridad necesaria para sexar por voluntad propia, nada más por venirme a cuidar a ...
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