1. Oficina de atención a la mujer necesitada


    Fecha: 13/07/2018, Categorías: Sexo con Maduras Incesto Autor: Debross_extremo, Fuente: CuentoRelatos

    Llegué temprano a la casa, la saludé como de costumbre pero era notable que su ánimo no era el mismo. Por mucho que insistí no me reveló que pasaba. Así transcurrieron los siguientes días hasta que esa mañana nos encontrábamos solos la escuche sollozar en el baño toque la puerta y acto seguido pregunte qué ocurría la respuesta fue la misma pero esta vez no lo deje pasar por alto esperé sentado se sentó junto a mi sillón con el rostro húmedo por las lágrimas, cuando intenté preguntarle me interrumpió. “Esto se acaba hoy” me dijo mientras secaba una lagrima que escurría por su mejilla con voz temblorosa típica de quien llora mucho “esto se acaba hoy”, no comprendía a que se refería pero antes que pudiera preguntar continuó “esto se acaba hoy y no hay vuelta atrás, sé que está con esa perra”. Ya entendía se refería a mi padre y la perra era seguramente su hija, aunque no estaba muy seguro, “por qué dices eso?”, le pregunté “si es obvio que ustedes se quieren mucho”. “Eso es solo apariencias”, me dijo, “ellos creen que no me doy cuenta de sus miradas y de toda la tensión cuando están cerca si ya lo único que les falta es follarse delante de mí”. Aquella expresión me hizo percatar que de la magnitud de la situación y que todo lo que conocía podría desaparecer. Aunque nuestra relación era muy buena nuestros temas de conversación nunca trascendían los límites de la vida cotidiana y menos llegaban al ámbito sexual pero en aquella situación fue diferente. Comenzó a confesar cosas sin ...
    ... que yo preguntara nada, solo asentía con la cabeza y hacía gestos con mi rostro. Me contó cómo se habían conocido y que al principio todo era maravillas que aunque era una mujer mayor tenía un apetito sexual voraz y que él la complacía como ya ella no esperaba que alguien más lo hiciera, pero que desde hacía cuatro meses sentía que no despertaba ninguna pasión en él y que prácticamente debía suplicar que la follara y que cuando lo hacía solo duraba unos segundos y luego dormía, no daba crédito a lo que ocurría era obvio que necesitaba desahogarse y yo estaba en el lugar y momento preciso. Comenzaba extrañamente a calentarme y decidí darle una vuelta de rosca más al asunto aprovechando la situación y le dije que seguramente habría algo que le faltaba por hacer algún truco de mujer, el resultado fue increíble, comenzó a detallarme con pelos y señales todo lo que había intentado. “Primero comencé a vestirme provocativa deje de usar ropa interior en todo momento para darle una sensación de disponibilidad tanto cuando andábamos por la casa como cuando salíamos, pero nada, por más que me ponía minifaldas y empinaba el culo mientras sacudía el polvo o me agachaba sin flexionar las piernas por cualquier pretexto no recibí nada. Luego, prosiguió ella, aproveche la llegada del verano para pasearme desnuda por la casa mientras hacia las tareas y estábamos solo pero el resultado fue el mismo, incluso llegué a plantarme frente a la entrada en una butaca con las piernas abiertas y el coño ...
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