1. Mi colega la Abogada


    Fecha: 13/07/2018, Categorías: Hetero Autor: nrizzi, Fuente: RelatosEróticos

    ... que me decía mientras me ofrecía una de ellas: -�Quédate quieto que hoy voy a servirte yo... Y voy a complacerte en todo además de servirte,- agregó en un tono de voz ronco acorde con su mirada lujuriosa y sus movimientos voluptuosos cargados de una hasta ahora reprimida calentura que bien sabía que se iba a sacar conmigo. Y allí comenzamos nuestro brindis: -�Por la mejor hembra de mi vida�, dije yo. -�Por el mejor macho que me he cogido�, dijo ella. Seguimos en estos términos, ella librándome de mi corbata y camisa y yo de la suya, con lo cual quedó solo con su tanga y moñita y ofreciéndome esas dos tetas que pedían a gritos que se las comieran. No las hice esperar porque derramé a propósito un poco de champaña sobre ellas y comencé a lamerlas como si en ello me fuera la vida. Yo seguía recostado en el sofá mientras ella me pasaba juguetona sus pezones por la cara, a la vez que se afanaba en mi cinturón, el cual desabrochó rápidamente para agacharse a sacar mi pantalón. Así, yo en bóxeres y ella en tanga, nos pusimos a bailar y más que a bailar, a restregarnos desesperadamente, a lo cual la giré y comencé a hacerle notar mi paquete en su colita. Para qué..., agarrada por detrás como la tenía, se adelantó unos pasos hasta quedar parada frente a uno de los enormes espejos que nos mostraban de cuerpo entero donde siguió contorneándose a la vez que con sus manos acariciaba su cuerpo. Me quité inmediatamente los bóxeres y me aproximé a ella por detrás abrazándola. Al sentirme ...
    ... desnudo a sus espaldas fue que entonces llevó mis manos hacia arriba para que sobara mejor sus tetas, a la vez que ella movía su culito contra mi verga ya totalmente dura a estas alturas, bajando yo una mano para acariciar su concha, ya totalmente húmeda por entonces. Mi verga se deleitaba con el roce de su culo dado que la minúscula tira del tanga no estorbaba en absoluto porque se había deslizado ya muy adentro. Prácticamente se sentaba en mi pija diciéndome lo rica que estaba y como me la iba a mamar en poco tiempo. Imposible de seguir así, fue que me arrodille y con los dientes comencé a morder los bordes del tanga hasta bajarlo hasta sus pantorrillas, a la vez que mi lengua se deleitaba en todos sus poros lamiéndola por todos lados y haciéndola gemir como yegua en celo. Mientras tanto, los restos de champaña se los vertía ella por las tetas y el ombligo, saboreándolo yo finalmente cuando llegaba escurriendo hasta la entrada de su concha. Que placer saborear esa caliente concha con gusto a champaña al tiempo de oír a mi hembra decir todas las guarradas inimaginables. Mi lengua se perdía en sus profundidades cogiéndola a lengua literalmente. Para terminar esta parte debo decir que finalmente levantó su pierna derecha apoyándola al borde del sofá y yo me dediqué a esa cogida lingual hasta que ella estalló en un profundo ruidoso y húmedo orgasmo, luego del cual ya no le quedaron fuerzas ni para estarse de pie, con lo cual debí ayudarla a caminar hasta el lecho para quedar allí ...