1. Historias de Ariki: Bárbara (I)


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ¿Cómo la conocí? Era una de las amigas de Tarita y la llamaban Bambi. Estudiaba pedagogía en francés en una universidad privada en Viña del Mar. ¿Imagináis lo tierno de su apelativo? Quien no recuerda el cervatillo de Disney... Sin embargo, su nombre era Bárbara. Y el contrasentido le sentaba muy bien, porque dentro de un cuerpo de adolescente y una sonrisa angelical, se escondía un vórtice voluptuoso, una desenfrenada hetaira, una inagotable máquina de follar... Tarita me había seducido con un viaje a Europa. Y no por el afán de viajar, sino porque me prometía un verano en el invierno europeo, lleno de cálidas sesiones de sexo y ternura. Y yo había accedido porque, de otra manera, me habría tenido que separar de ella. Bambi, o Bárbara, nos había informado del viaje y había realizado los contactos previos para ser admitidos en un tour de 120 chilenos que volaban en un charter a Italia. La vez que me presentaron a Bambi, noté un brillo extraño en sus ojos que sus largas y sedosas pestañas se apresuraron a esconder. No dejó de sorprenderme después, cuando me dijo que bajó la vista a mi 'paquete', saboreando la posibilidad de probarlo algún día. En ese momento, todos mis pensamientos eran para Tarita, así que, aunque mi instinto de macho me decía lo que ocurría, mi estado de seductor seducido, me lo ocultaba. Y es que Tarita era realmente un diamante de sensaciones que conocería en toda su espléndida dimensión en los años de nuestra égida en Rapa Nui... Bambi estaba casada con ...
    ... un estudiante de periodismo admirador de Sandro, el contorsionista cantante argentino de moda por esos años. No sé si porque creía que se parecía a él o porque sus hormonas eran más femeninas que masculinas. Lo cierto es que no satisfacía para nada la insaciable sed erótica de Bárbara, quien le ponía los cuernos y él no se inmutaba. Bambi viajó en el tour acompañada por su padre. Un gran tipo, abierto, amistoso y liberal. Apoyaba las aventuras de su hija sin darse por enterado. Después me confidenció Bambi que practicaba con él un juego bastante extraño para un padre con su hija. Ella simulaba dormir y Tito, así se llamaba, la iba destapando poco a poco. Hasta dejar a la vista su coñito apenas cubierto por un vello muy fino y rubio. El juego duraba bastante tiempo. Luego muy suavemente pasaba sus dedos en el alucinante jardín púbico de nuestra amiga. Excitada, Bambi empezaba a manar sus apetitosos jugos que Tito bebía de entre sus dedos. Jamás intentó nada más. Pero ella se ponía a mil en este seductor y peligroso juego. Sólo una vez fue directamente al coño con su lengua en ristre como un pene y tocó los labios menores de Bambi. Sólo alcanzó a rozarlo y un violento orgasmo la sacudió. Tito pensó que se despertaría, así que se retiró apresuradamente... En ese deseo insatisfecho, en esa rutina inconclusa, me parecía que se hallaba la búsqueda incesante de Bambi. En Europa probó a todos los varones que se acercaron a ella. A los españoles, que en esa época se hacían pasar por ...
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