1. Censura XXX


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Se encontraba caminando rápidamente a través de la extensa avenida, estaba oscuro, las bombillas de los pocos faros que existían se encontraban fundidas, o los chicos de la zona, en un acto de vandalismo, las habían roto a punta de pedradas. Sus altos tacones repicaban fuertemente sobre la acera y el silencio casi sepulcral que se extendía a lo largo de la calle amplificaba el sonido al doble de su volumen. Estaba vestida con un corto vestido rojo, que dejaba ver mucho mas allá de su bien torneadas piernas, enfundadas en un par de provocativas medias de seda negra. Sus tacones de satén rojo la elevaban casi 15cm del suelo, haciéndola ver mucho mas espigada de lo que en realidad era. En su blanco rostro un penetrante par de ojos negros escudriñaban sin cesar cada rincón de la avenida, sus labios carnosos, maquillados de rojo, gritaban "tócame" a los cuatro vientos. El cabello negro, largo, flotaba suelto en la espalda. Su paso rápido no alteraba en nada el ondular de sus caderas, que oscilaban como péndulo de un lado a otro. Se detuvo en la esquina y sacó un cigarrillo de la pitillera que llevaba en su bolso, rápidamente lo encendió con su zippo e inhalo una larga bocanada de humo. A los pocos minutos un elegante auto negro se detuvo frente a ella, la ventanilla trasera se abrió y una insinuante voz masculina dijo: "Estoy solo y de paso por la ciudad, tengo en casa champaña helada y nadie con quien compartirla, dime preciosa, te animas conmigo" Ella se acercó al vehículo, ...
    ... arrojó la colilla del cigarrillo al suelo y la aplastó con la punta de su zapatilla, acercó su rostro a la ventanilla y exhaló el humo suavemente "No soy compañía barata, valgo mucho más de lo que puedas pensar, y si estoy en esta esquina no es buscando alguien con quien pasar la noche" dijo ella esperando la respuesta de él. "Por el dinero no hay problema" dijo el hombre, bajando más el vidrio de la ventanilla y mostrando un fajo de billetes. "Ya te dije que no estoy aquí de buscona, pero si insistes tanto aceptare esa copa" "Bien, sube" dijo el hombre abriendo la portezuela del auto. Natalia entró y se sentó junto al hombre, el tapizado era de terciopelo azul y un grueso vidrio ahumado los separaba del conductor, que sin dejar de ver hacia delante permanecía impasible a lo que ocurría en el asiento posterior. Él era un hombre elegante, vestía un traje gris, de buena marca, tanto su corbata como sus zapatos eran impecables, su rostro bronceado aparentaba 40 años, tal vez más, tal vez menos, y los ojos de un gris perla tenían una mirada lobuna. Ella sacó otro cigarrillo de su pitillera y lo encendió, él lo tomo suavemente de las manos de ella inhalando el humo largamente. "Me llamo Arturo" dijo. "Soy Natalia" respondió ella. Luego de recorrer kilómetros y kilómetros de la desolada avenida llegaron a un deslumbrante edificio, un portero se apresuro a abrir la puerta del auto, saludando al hombre con familiaridad "Buenas Noches Mr. Montenegro" Tras de Arturo salió Natalia a la que ...
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