1. La reeducación de Areana (22)


    Fecha: 16/07/2018, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    A Areana le parecieron eternos esos dos días que pasaron hasta que llegó el viernes, el día anunciado por Lucía como el de una sorpresa con la profesora Godínez, pero el día llegó, claro, y a ella las piernas le temblaban durante esas cuadras que debía recorrer hasta la escuela. Acostumbraba llegar cinco minutos antes, aunque esa vez la ansiedad hizo que lo hiciera bastante más temprano luego de conseguir el permiso de Milena para salir anticipadamente, al punto de que en la escalinata que conducía a la puerta no había aún ninguna alumna. El corazón le latía aceleradamente mientras esperaba y hasta pensó, asustada, que podía sufrir un ataque cardíaco. Fue en ese pico de tensión que llegó Graciana y la esclavita recordó perfectamente que el primer día de clase la chica le había dicho a Lucía que siempre había querido tener una mascota, aludiendo a ella, claro, porque Lucía la había mencionado como “perrita”. -Hola, perrita… -la saludó Graciana mientras daba una vuelta alrededor de ella mirándola de arriba abajo. Areana le devolvió el saludo y quedó después mirando al piso y temblando. -Así que sos una perrita, ¡mirá vos!... y una linda perrita… La inquietud de Areana crecía y su temblor era ya evidente. Su ánimo oscilaba entre el nerviosismo, el temor y la excitación, esto último porque siempre se calentaba en presencia de una chica o mujer atractiva, sobre todo si se mostraba dominante, y Graciana era atractiva en grado sumo y claramente dominante. -Sos perrita de Lu, ¿no? ...
    ... –supuso acertadamente la chica y luego, ante el silencio de Areana, agregó: -Linda perrita pero muy mal entrenada, porque tenés que contestarme cuando te hablo y vos no lo hacés. Al escuchar esa frase Areana sintió que su calentura aumentaba al tiempo de deducir que eso que Graciana acababa de decir era, sin duda, una frase de Ama. Se estremeció ante tal certeza y empezó a humedecerse al imaginar que Luciana podía integrarla pronto al grupo. En ese momento llegaron Lucía, Rocío y Guadalupe, que se saludaron con Graciana con besos, risitas y comentarios referidos a Areana. Ya la escalinata y el pequeño espacio que había ante la puerta se había llenado de alumnas que, divididas en grupos, charlaban animadamente. -Chicas, disculpenmé, pero la tienen mal adiestrada a esta perrita. -¿Por qué? ¿qué pasó?. –preguntó Lucía mientras con el ceño fruncido miraba a Areana. -¿Pueden creer que no me contestó ni una palabra cuando le estuve hablando? –dijo Graciana con entonación fingidamente indignada aunque en verdad se estaba divirtiendo mucho y deseaba que ese juego perverso avanzara. Lucía le pegó a Areana un golpe en la nuca con el puño, que hizo trastabillar a la esclavita: -¡¿Es cierto eso, basura?! -Es que… perdón, Ama Lucía es que… es que yo no sabía si tenía que contestarle… -Es lo que les dije, la tienen mal adiestrada. ¡¿Cómo que no sabía si tenía que contestarme?! –intervino Graciana disfrutando cada vez más de la situación. Lucía aferró entonces por el pelo a Areana, acercó su ...
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