1. Yesenia (parte1)


    Fecha: 16/07/2018, Categorías: Hetero Autor: babyloni, Fuente: RelatosEróticos

    ... hermano Rodrigo al bote... y me dejó allí, en el frío piso. Y suspiré, y veía al oso ese que me miraba sin mirarme. Arrancaba su camión y se iba. Yo en la ventana de la sala. Abotonando mi pijama de florecitas, regalo de mi tía Bety. Mi madre salía de su recámara (y bostezaba como oso). Sonreí y me inquiría lo que sucedía. Medio le explicaba yo el asunto de su cuñado en la cárcel... y luego fingía yo un bostezo y me iba a mi cuarto. Pero no podía yo dormir... necesitaba yo una verga y que fuera lo suficientemente grande y gruesa y peluda para suplantar a la de mi padrastro. "Sergio", me dije yo. Y jalaba mi celular del buró. Sergio llegó a mí a los quince minutos. Vivía allá en la loma, y bajó corriendo. Yo le abría la puerta trasera del patio y él me iba a dar un besito en la boca y meterme la mano en el pantalón de pijama... pero el mugre perro ese lo mordió en la nalga. ¡Maldición!. Y Sergio pegó un grito que despertó a toda la colonia. Sí porque se prendieron luces aquí y allá y más allá... máxime que todos los perros de la cuadra empezaron también a ladrar y ladrar. Yo me fastidié, de plano, y le di una patada al jodido perro. Y a Sergio lo sacaba a empellones de mi patio. Y lo corría, pero el mascullaba, amenazaba con matar a ese perro del demonio, y se sobaba la nalga. Yo casi me reía, y el moreno chavo con el pantalón rasgado y manchado de sangre. Metía al perro dentro y jalaba la puerta de madera. A Sergio le prometía una cogida inolvidable. "...pero ya vete, ándale ...
    ... porfitas..." Y besaba yo su boca y ponía su mano sobre mi pecho desnudo, bajo mi pijama. Le guiñé un ojito y al fin se largaba el zonzo novio de mi mejor amiga. Justo a tiempo. El vecino: don Filemón Trujano salía en short y chanclas, con la escopeta en las manos. Y yo metíame con sigilo a mi patio y por una rendija de la puerta de tablas espiaba. Detrás de el viejo Trujano salía su yerno Mario, y alumbrando con su linterna. Más allá abría su puerta don Gonzalo, el nuevo marido de doña Cuquis, la tamalera. y entre los tres se ponían a revisar los alrededores... Pero Sergio segurito ya debía estar llegando a su casa. Los fulanos vecinos alegando de que tal vez fue un tlacuache en busca de pollos... Y yo mejor volvía a mi cuarto, a mi cama, y suspiré por mi mala suerte. Mamá esta vez no despertó. Pero mi hermanito, abrazado a su dinosaurio morado, de peluche, salía a mi encuentro en la sala, a oscuras, y quería un vaso de agua. Y prendí la luz de la cocina y se la serví. Yo lo veía tomar su agua... y pensaba en mi padrastro. tenía yo tres años como Edgar, cuando murió mi padre y don Joaquín era su mejor amigo, y él se quedó en su lugar. Arropaba a mi hermanito en su cuarto y le conté un relato de un gato con espada y que iba montado en un perro... "¿El perro se llamaba Fuki?" "Sííí el perro se llamaba Fuki, y el gato espadachín acudió al llamado del rey Conejo..." Edgar se dormía de nuevo y yo de regreso a mi alcoba, a mi cama... y arrojaba mi pijama al piso y desnuda me dormía ...