1. La rubia del SPA


    Fecha: 18/07/2018, Categorías: Anal Confesiones Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... copa 34 o 36 C, también me deja ver su hermoso y desnudo abdomen donde resaltan unos brillantes en su ombligo. Estoy anonadado por su belleza que no logro enhebrar palabras y es ella la que inicia la conversación: - Sr. Zena, ¿primera vez en este SPA? - Si, es mi primera vez… ¿de dónde eres? Tienes un acento encantador. – ella frunce esos labios y sonríe. - Soy de Australia, tengo solo unos meses en este país. ¿Gusta un trago, té? - Si me acompañas a uno, acepto un whiskey. Ella va al chinero donde están las copas y las botellas y regresa al sofá donde se pueden sentar dos personas convenientemente y me extiende la copa. Realmente no sé cuál es el protocolo en este SPA, veo a una Vanessa muy relajada sin muchos ánimos de apresurar la faena del masaje y no sé con cuanto tiempo dispongo. Imagino cada negocio es diferente y por esos de las dudas y con el poco de confianza que me da al compartir un trago con esta chica, me atrevo a preguntarle: - ¿Cómo funciona esto? - ¿No entiendo su pregunta? ¿No le dieron detalles cuando compro el servicio ejecutivo? - No lo compre yo… ha sido un regalo. - Ah… entiendo. No se preocupe por el tiempo. Estamos aquí para hacerlo sentir bien y que nos visite nuevamente. De esa manera me relajo e inicio una conversación trivial para conocernos y hacer más amena su compañía. Vanessa calculo ha de tener unos 23 a 25 años y ha de rondar unas 110 a 115 libras de peso. Estoy con esos interrogativos mentales, pero es ella quien me hace la pregunta: - Sr. ...
    ... Zena, ¿qué edad tiene? - ¿Quieres adivinar? – me da una mirada de arriba abajo y sonríe diciendo: - Uh… 42… 45. – y cierra los ojos como pensando y sonríe de nuevo. - Tengo 49 años. - ¿Usted se atreve a calcular mi edad? - ¡Tú no pasas de los 23! – le dije y vuelve a sonreír. - ¡Gracias! Muy amable de su parte… en realidad tengo 28 años recién cumpliditos. - ¿Eres casada? ¿Hijos? - No, pero tengo un hijo de cuatro patas de nombre Tobi. ¿Usted es casado? - No, soy soltero. - Nunca imaginé que me diera esa respuesta. Tenía la certeza que era hombre casado, pues usted déjeme decirle luce muy joven para su edad y honestamente sin afán a que suene a un cumplido, es muy guapo. - ¡Gracias! – le he contestado. ¡Tú eres bellísima también! - ¿Le parezco bella? - Tú lo sabes que lo eres… debes estar segura de ello. –me da de nuevo esa sonrisa coqueta. De esa manera hacíamos confianza y platicábamos en el sofá disfrutando un whiskey mientras yo continuaba con esta bata blanca y ella haciéndome disfrutar al verla con su deliciosa y muy ceñida vestimenta. A los minutos me da la insinuación del masaje diciendo: - ¿Cómo le gustan los masajes? - Realmente no sé, regularmente no vengo a estos lugares. - Bueno, creo que con los minutos lo iremos descubriendo. ¿Es tímido? - Sí, creo que tengo mi grado de timidez. –le dije. - ¿Qué prefiere, la camilla o la cama? - ¿Qué sugieres? - Bueno, comencemos en la camilla y si cambia de padecer, usted solo me lo comunica. Me hizo muchas otras preguntas, y ...
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