1. El gran secreto de mi hijo


    Fecha: 25/07/2018, Categorías: Incesto Autor: drajulia, Fuente: RelatosEróticos

    Mi nombre es Julia, soy de la parte norte del país de México. Tengo treinta y cuatro años de edad y disfruto mucho la vida que llevo. No es muy lujosa pero no me puedo quejar. Tengo todo lo que necesito y de vez en cuando me doy pequeños placeres culposos. Me considero una mujer muy activa sexualmente y de mente muy abierta. En la cama siempre he sido de las mujeres que les gusta complacer a su pareja y llevar el placer al extremo, incluso si eso involucra cumplir fantasías perversas de mis parejas. Actualmente soy divorciada pero nunca estoy sola. Siempre he tenido una naturaleza algo salvaje con lo que respecta al ámbito sexual. Físicamente soy una mujer no muy alta. Mi cuerpo es muy voluminoso, no soy gorda pero tampoco estoy en los huesos. Mis pechos son muy grandes desde la pubertad. Actualmente uso copa 42 doble d y mi trasero es igual de prominente. Disfruto mucho usar escotes y tangas para provocar las miradas de los hombres. Como a cualquier mujer me encanta sentirme deseada. Mi primera vez fue a los quince años de edad y desde ese entonces nunca he parado de experimentar. Descubrir el sexo a tan temprana edad me llevo a gozar de experiencias que fueron indescriptibles y que con la creación de este perfil tengo la intención de contarles y poder desahogar un poco esa pesada carga que llevo al no poder contarlas. Mi historia empieza con mi hijo José. Él es un chico muy apuesto, es universitario y juega futbol americano en su facultad. Siempre ha tenido muy buenas notas ...
    ... y es muy cariñoso y atento conmigo. Siempre está buscando la manera de ayudarme y hacerme sentir bien. En ocasiones me hace cumplidos acerca de mi aspecto físico como: "ese escote te luce genial" o "esos jeans te lucen muy bien". Yo siempre premio cada uno de sus cumplidos con un besito en la boca. Para muchos es algo raro ver a una madre besar en la boca a su hijo pero, para mí siempre ha sido algo muy natural. Un día estando en el trabajo recibí una llamada de la universidad de mi hijo. -¿Hablo con la señora Julia? -Soy yo ¿que se le ofrece? -Hablamos de parte de su hijo José. -¿Le paso algo a mi hijo? -Tuvo una caída muy fuerte y se fracturo ambos brazos, ahora está en el hospital San Marcos. -Muchas gracias, enseguida voy para el hospital. Conduje lo más rápido que pude y mi corazón se quería salir de mi pecho. Llegué al hospital y me dijeron que su padre ya había llegado y que el mismo había firmado los papeles para la cirugía. Al parecer uno de sus brazos se fracturo en varias partes e iba a necesitar algunos tornillos. La cirugía demoró un par de horas y pronto lo pasaron a cuarto. Yo estuve con él hasta que despertó. Tomaba su mano y lo besaba por toda su carita. Qué bueno que ya estas despierto mi bebé -dije-. No te preocupes tu mamita te va a cuidar muy bien, voy a hacer que no te falte nada -dije-. Estoy bien ma, solo fue una tonta caída no es nada. ¿Cómo que nada? te rompiste ambos brazos José -dije con preocupación-. Está bien voy a tratar de no esforzarme mucho ...
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