1. La Tarde


    Fecha: 03/09/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... una eternidad, pero por fin pudo abrirlos. Miro lentamente hacia el cielo que se dibujaba entre las terrazas de los edificios tristes del callejon. Habia pasado la tormenta. Por fin. Un resplandor azul intenso inundo totalmente su tembloroso cuerpo. Decidió levantarse poco a poco. Lo consiguió a duras penas pues se sentía entumecido. Demasiado tiempo a la intempérie. La ciudad despertaba y con ella la gente salia sin preocupaciones de sus hogares. Parejas que se miraban timidamente, como si cualquier sentimiento fuera desprendido de sus almas y expuesto ante la sociedad; niños arrastrados por sus madres lloriqueando por una diminuta golosina, hombres fuertes y rudos que tiraban de los carros para llegar a los lindes de sus campos y cultivar sus tierras que en un futuro esos niños disfrutarian a su aire…todo parecia en orden… En mi corto camino del callejon a la torre algo llamó mi atención en un pequeño escaparate. Se podia ver desde cualquier ángulo de la tienda y aún así sorprendia su reducido tamaño. Decidí entrar a curiosear. Adoraba las tiendas de instrumentos musicales. Mientras paseaba entre los diminutos pasillos una niña sonreia mientras tocaba con sus palmas un pequeño tambor de lino y madera. Esos ojos…brillantes…llenos de felicidad..no tenian precio. La madre se aferraba del brazo de su marido mientras éste intercambiaba unas monedas de oro con el tendero a cambio de una estrecha flauta de pino. La ...
    ... familia salio feliz y desaparecio caminando. El tendero guardo las monedas en su bolsa de terciopeo y la anudo mirándome de reojo… -Desea algo?….me dijo al tiempo que sacaba brillo al sencillo mostrador. -He visto algo en su escaparate…y me preguntaba si estaria a mi alcance…. -Hum…? Veámoslo entonces… Junto al tendero y sin mediar palabra le señalé el pequeño arpa que relucía apoyado en la pared. Mirándome a los ojos me dijo.. -Tiene usted buen gusto caballero…este….este arpa es un tesoro para mi establecimiento…déjeme decirle que..cuando nos invadieron y asaltaron la ciudad todo el mundo se sumió en una gran depresión y este arpa..en manos de aquella dama… Lo interrumpí sin saber porqué…lo noté nervioso. -No quiero que me cuente nada al respecto…tan sólo quisiera saber si tendría alguna posibilidad de poder contar con este fantastico instrumento en mi poder… El tendero lo cogió como quien coge a un recien nacido y lo posó sobre el atril. Allí lo dejó. Brillaba con todo su esplendor y realmente era fantástico contemplar como algo tan pequeño parecia tomar volumen y fuerza allí en lo alto. Después de regatear el precio (algo que siempre se me ha dado muy bien) la campanilla de la puerta sonó para despedirme y la puerta se cerró tras de mi. Bajo mi brazo sostenia aquel pequeño tesoro que tantos recuerdos me traía a la memoria… El Sol reluciá por doquier. Agradecía su calor y mis ropas humedas también…segui caminando… 
«12»