1. En la selva


    Fecha: 26/07/2018, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Ayudaba a un grupo de cultivadores de cacao en una región rural y mi auto se averió. Soy una mujer de 32 años, rubia, largo cabello, ojos verdes, bello cuerpo, trasero perfecto, y senos hechos perfectos. No necesito trabajar porque tengo muy buenas inversiones. Soy casada y mi esposo viaja mucho. Como soy especialista en cultivos, me dediqué a enseñar sobre cultivos, y asistí con un grupo a asesorar unos cultivos de cacao. Todos se fueron y me quedé sola para tomar un baño en una bella quebrada. Al volver a mi auto este no encendió. Un hombre negro enorme apareció de la nada y dijo: "No creo que encienda, si sigues dandole dañarás el arranque". Lo miré y me sentí muy atraida por él. Entonces me dijo: "Te vi desnuda en la quebrada, nunca antes vi una mujer tan bella, parecías irreal, una diosa, o un hada. Si pudiera hacerte el amor sería el hombre más feliz de la Tierra. ¿Quieres bañarte conmigo?, conozco un lugar muy bello". Es casi de noche, le dije: no hay casi luz. "No la necesitamos" dijo y me extendió la mano. Me extremecí. Nunca había sentido atracción por un hombre de color, pero este me tenía muy excitada y no sabía por qué. Caminamos unos minutos y llegamos a un laguito con una cascada al final. Apenas se veía, pues ya estaba muy oscuro y solo se veían las estrellas. El hombre empezó a desnudarme y no me resistí, ví que se desvestía, pero casi no podía verlo, entonces me tomó por la cintura y me atrajo hacia él y me beso larga, apasionada, y deliciosamente. Me ...
    ... abracé a su cuello y sus manos empezaron a explorarme. El guió las mías hacia su sexo y descubrí que tenía un pene enorme, mucho más grande y grueso que el de mi esposo, eso me excitó más aún. Entonces él me levantó y me abracé con mis piernas a su cadera, y el puso su huevo en mi vagina y empezó a penetrarme sin dejar de besarme. Sentí que mi vagina estaba completamente estirada, y aquel pene ya había llegado mucho más adentro que el de ningún hombre hasta ese momento. Al metermelo todo me sentí llena, completa, suya, poseida, el empezó a moverse y tuve un orgasmo super intenso, que se repitió 3 veces más antes que acabaramos juntos. Yo perdí la cabeza de placer y deseo, y no reprimí mis gemidos de placer. Al eyacular me abrace con fuerza contra él y le dije que lo amaba y quería ser suya. Temblaba de placer y deseo. Poco después cabalgaba sobre él sobre una oca. La selva oscura con sus ruidos, el ruido de la cascada, el cielo estrellado con millones de luminarias, me hicieron sentir como la verdadera hembra que era. Esa noche descubrí que la eyaculación de un negro era mucho más abundante y rica que la de un varón blanco; que su virilidad era mucho mayor; que un negro era más potente y capaz de de satisfacer a una mujer que un blanco. El eyaculó 8 veces esa noche y madrugada en mi vagina, boca, y ano, que por cierto estrenó, y yo tuve no se cuantos orgasmos. Desperté tarde, agotada, y adolorida. El me llevó el desayuno a su cama rústica hecha de madera y paja, y luego me llevó ...
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