1. Una noche secreta con mi sobrina


    Fecha: 03/10/2017, Categorías: Incesto Primera Vez Autor: Publiero, Fuente: CuentoRelatos

    ... quería comer. Calenté la comida y cenamos. Conversamos sobre su colegio, mi universidad. Fluyó mejor de lo que yo esperaba. Al terminar se levantó y se fue a dar un baño. El susto me había borrado temporalmente la calentura y los pensamientos de mi cabeza trataban de ordenar lo que había pasado. Me sentía culpable y un poco asqueado, pero de inmediato vino a mi recuerdo el sabor de su dedo y el olor de su panty y mi pene se paró como nunca. Ninguna chica que hubiera visto en internet me había provocado una erección así. Yo opté por ponerme mi ropa de casa: una franelilla y shorts. Salió del baño directo a su cuarto y salió para comer luego de un largo rato. Esta vez tenía puesta su piyama. Se sentó a mi lado y recostó su cabeza en mis piernas. —¿Estás bien? – me dijo —Sí, ¿por qué? —Estás temblando. Tranquilo, no pasa nada. Mi novio también me chupa los pies. Imaginar la escena de otro adolescente chupando sus dedos me excitó más todavía. Así que me arriesgué y la arrimé un poco para que sintiera mi erección. Se quedó quieta mientras apoyaba mi miembro contra la parte baja de su cuello. Acaricié su cabello. Ella se durmió y mi erección había cedido un poco. Me dije: “es una locura lo que estás pensando”. La desperté suavemente y le recomendé que se fuera al cuarto. Las luces de la casa estaban apagadas y me pidió que la acompañara. Ella caminó adelante y una vez en el cuarto, cuando quise prender el bombillo me abrazó. Puse mis brazos alrededor de aquella cintura delgada ...
    ... y sentí su piel. Levantó la cabeza y me miró a los ojos: “Olvídate por un momento que soy tu sobrina”. Escuché esas palabras con el pene. La abracé más fuerte y pude rozar su vulva. Oí su corazón latir fuerte cuando la llevé a la cama. La verdad no sabía qué hacer. En serio, miles de videos porno no me habían preparado para este momento. Estaba temblando cuando le quité la blusa. No supe quitarle el sostén. Y ella lo apartó de su cuerpo mientras me sonreía y me pidió que se los besara. Se los besé tímidamente. Le pregunté si así lo hacía su novio y me dijo que él le ponía más pasión. Acepté la corrección y ya no pensaba. Le bajé el short y la pantaleta. Allí estaba frente a mí la primera vulva que veía en persona. Pensé en quitarme el short, pero no quería más comparaciones con el noviecito. Estaba perfectamente afeitada, sus labios carnosos, pequeña y con los primeros rastros de su excitación asomando su vagina. Pasé mi lengua por allí para recoger sus líquidos. Su pequeño gemido me excitó más y la siguiente pasada fue más intensa. Sus fluidos me estaban esperando y salieron a mi encuentro. Su respiración se aceleró más (pensé: noviecito 2, tío 1, voy por la remontada). Me desvestí y miró mi pene como se mira uno más. Me lo agarró justo cuando buscaba penetrarla. Me preguntó si tenía condón. Era el fin de la fiesta. ¿Para qué tiene condones un chico sin novia, que no bebe ni sale de noche? Ella me besó y mi pene comenzó a rozarla. No intenté penetrarla. Había entendido el ...