1. La administradora


    Fecha: 29/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: RAMM, Fuente: CuentoRelatos

    ... recorrieron todo su cuerpo por encima y por debajo de la ropa. Sus líquidos vaginales entre mis dedos eran miel. Sus palabras detonaban en mi una pasión desde hace mucho acallada. Imaginar que tendría su cuerpo para mi, dejaba ver el apuro por comenzar a deleitarme con su piel. El deseo era incontrolable. Entramos a la habitación y como pudimos nos desvestimos, sin intentar algo más, ya mi pene estaba jugueteando con su clítoris y sus labios vaginales. Ella solo pedía que lo dejara entrar de una vez! Extendí ese juego por unos minutos, hasta que ella misma tomó mi pene y se lo introdujo diciendo: ya no aguanto. Quiero sentirlo dentro de mi. Fue en ese momento de la penetración donde supe que seriamos capaces de intentar muchas locuras juntos. Acostado sobre ella, la sentí gemir y llegó su primer orgasmo. Cada penetración era más fuerte que la anterior y eso la descontrolaba. Gritaba: Ay, jefe que divino eres. Házmelo. Dame duro jefecito. Nos sentamos, ella de frente a mi tomó mi pene y lo colocó en su vagina, sus movimientos y el deseo de morder mis labios, provocaron un segundo orgasmo y sentí que yo iba a explotar, por lo que le pedí que me dejara hacerlo en su boca. Sin mucho tiempo para responder, mi pene entro dejando todo mi semen en su lengua y un poco saliendo de sus labios hacia su mejilla. Que divina sensación. Esa mujer de la entrevista, estaba desnuda en una cama tragándose mi semen. La que desee desde el momento en que la vi, reposaba saciada a mi lado. Me dijo: ...
    ... sabe divino, pero debes hacer lo mismo. Comete mis fluidos. Y así lo hice. Baje mi boca hasta su vagina y penetrándola con mi lengua, chupé todo lo que su entrepierna me ofrecía. Ella, deleitada con el sexo oral, solo gritaba agradecida. Con una mano le acariciaba los senos y con la otra fui metiendo un dedo en su ano, al empezar a entrar quiso pararlo, pero pude convencerla de dejarme seguir. Manifestó dolor y mis ganas crecieron más cuando me dijo: nunca lo he hecho por allí, así que ten cuidado. Lo que vayas a hacer, hazlo suave. No lo podía creer, era virgen por el ano y yo tendría el honor de tomarlo. Me ofrecía su ano. Lo acaricié mucho rato, lo ensalive y poco a poco lo penetraba con un dedo, luego dos. Mi pene estaba otra vez a reventar, así que la penetré por la vagina, dejando mis dedos en su aro. Logré que se volteara, ya sabía lo que haría. Con sus manos se abrió las nalgas para ayudarme con la penetración. Que placer sentir como esa cavidad se abría para dar paso a mi pene. Me encanta esa sensación. La presión que producen sus paredes intestinales sobre mi miembro. Comencé un mete y saca mientras con mis manos acariciaba su vagina para tratar de distraerla del dolor. Saqué mi pene y fui a lavarlo para proseguir. Le dije mientras la penetraba nuevamente: Te gusta? Vas a ser mi perra particular? Vas a estar dispuesta a dejarte hacer de todo por mi? Y ella solo contestaba: Si papi, soy tu perra. Solo trátame con cuidado y hago lo que quieras. En ese momento tuvimos ...