1. La cesta de la compra


    Fecha: 03/08/2018, Categorías: Sexo con Maduras Fetichismo Autor: tanga_de_tarzan, Fuente: CuentoRelatos

    ... gusto —largué entre cientos de gemidos y jadeos placenteros. Yo moría de placer al tener mi dura masculinidad dentro del libidinoso bocón de Sonia que me estaba matando de desenfreno, inmoralidad y mucha lascivia y su lasciva bocaza no paraba de ensalivar, lamer y lengüetear mi enhiesta verga de joven semental. La muy cerda disfrutaba con la brutal mamada que me estaba dando y mientras yo me retorcía de lúbrico placer ella sonreía con sus ojos de pendón desorejado en celo. Yo profería gañidos, gemidos, jadeos y lascivos mil suspiros sexuales y procaces de lo perfecto que me tragaba y lamía el cipote con presteza, agilidad y lujuria. También me mordía con ahínco los cojones y eso me entusiasmaba y me advertía lo puta y zorra que la buscona de esta facilona clienta estaba siendo conmigo. Después de esta brutal y fantástica comida de rabo que me estaba dando la muy guarra de Sonia, no quise ser egoísta y opté por hacer un espléndido 69, cosa que ella acepto encantada y complacida de inmediato pues necesitaba con urgencia lúbrica e impúdica degustar y saborear ese atrayente perfume tan hechizador que emanaba de su efervescente coñargón de ramera libidinosa. Sonia se quitó el sujetador, pero le pedí que se dejara de momento la braguita, pues me daba morbo como fetiche lamerla hasta que yo notara que se ponía cerda y mas cachonda. Así estuvimos mas de veinte minutos eternos y lúbricos sin parar, mientras la guarra Sonia deglutía y tragaba mi rabo de macho en celo y se deformaba ...
    ... brutalmente por dentro los pómulos y me volvía loco de lujuria con sus mil jugueteos sexuales de mi duro rabo dentro de su lasciva boca de furcia lúbrica y yo lamía, relamía y lengüeteaba su braguita para después arrancársela y hundir y perforar con mi lengua las paredes de su enfervorizado coñargón de lasciva zorra de lupanar. Nos separamos brevemente para que esta fulana madura de Sonia me pidiera la forma en que la jodería —cariño, siéntate sobre la cama y apoya tus manos en ella y yo me clavaré tu duro rabo —ordenó Sonia —Lo que tu mandes, amor —acaté Me senté sobre la cama y la zorrona Sonia se situó sobre mi dándome la espalda, para ir bajando lentamente e irse clavando mi rabo de semental en todo su inflamado coñargón de ramera depravada. Cuando ya tuvo albergado mi rabo en su henchido coño, comenzó el eterno y libidinoso subibaja sexual mientras la libertina Sonia exhalaba jadeos, gemidos y mil ayes placenteros y yo la insultaba sexualmente pues estaba embelesado y fascinado al ver lo zorra que era esta procaz madura de Sonia —¡Toma rabo, zorra!, ¡eres una fulana muy depravada! —gozaba yo —¡me vuelves loca, cerdo!, ¡hoy quiero ser una puta tirada! —ordenó Sonia —¡si, eres la mas guarra y mas puta del barrio! —observé sexualmente —¡cabrón, cabronazo!, ¡como taladras mi coño, sigue así, so cabrón!—gritaba Sonia de delirio lascivo —¡toma rabo, cerda!, ¡me encanta joderte, puta! —gemía yo entre sofocos —¡me arde el coño cabrón!, ¡que polla tienes, cacho cerdo! —advirtió ...
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