1. Vacaciones fogosas


    Fecha: 03/10/2017, Categorías: Primera Vez Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... fue de calentura, y volvió a su cama desnuda para seguir tocándose, repitiendo que sueña con mamarle el pene al tío. Diana corrió hasta donde estaba la bombacha y la trajo con nosotras. Me la hizo oler, la lamió y regresó a comerme las gomas. De repente nos quedamos congeladas, como en una peli de suspenso porque, los tíos entraron para desenchufarlo todo. Afuera se avecinaba una flor de tormenta y había bajones de luz muy pronunciados. Yo estaba con Diana encima de mí, con una de mis tetas en su boca, y Paula en pelotas frotándose la almeja con un osito de peluche. ¡mirá lo mal que la pasan las borreguitas Pedrín, tan santitas que parecían!, dijo la tía con su voz opaca por el pucho, y el tío solo agregó: ¡y qué culo se echó la más chiquita!, aprovechando que Diana le entregaba un buen panorama de sus redondeces. ¡¿quieren ver el pito del tío Pedro putitas?!, dijo la tía mientras dejaba caer su bata de seda al suelo para llenarnos los ojos con sus pezones hinchados. Las tres dijimos: ¡síiiiiiii! Al unísono, y el tío se quitó la bermuda, nos pidió que nos sentemos en la misma cama, o sea en la de nosotras. Empezó a subir y bajar con sus manos por su mástil forrado de su bóxer mientras la tía le apoyaba las tetas en la espalda y le hablaba al oído. Ninguna creía real semejante erección en el tío. Norma se sentó en la cama de Paula que estaba a mi lado y dijo abanicándose con una revista: ¡dale Pedrito, un poquito a cada una no está mal! Cuando estuvo en frente de nosotras y ...
    ... se bajó el bóxer me tembló todo por dentro. Solo lo hizo para pajearse un ratito a centímetros de la cara de Diana. ¡cómo te brillan los ojitos chiquita!, le dijo, y ella se lanzó a darle unos lametazos a su pija. El tío gimió ladeándose un poco y dijo: ¡me parece que solita no vas a poder, ayudale Lorena, dale pendeja!, me reclamó, y ni lo pensé. Le ensalivé todo el tronco mientras Diana le lamía el glande, le di pequeñas mordiditas, le escupí los huevos que le colgaban como flotadores, le di unos chirlitos en las nalgas y hasta le propuse a Diana besarnos en la boca con su pija mediante. Eso al tío casi lo infarta. Cuando logré meterme casi la mitad y la sentí en la garganta tuve mi primer orgasmo, y sin tocarme siquiera. Fue justo cuando la tía le pidió a Diana que se saque la bombacha y que se la dé al tío, al tiempo que este me garchaba bien rico la boquita, me dejaba saborear su presemen y decía: ¡qué lindo que te la tragás atorrantita! Cuando vi a Pedro oler la bombacha estirada de Diana tuve celos, lo confieso. Pero sabía que esa noche era de todas. Luego el tío puso a Diana en cuatro patas sobre la cama y se le acomodó detrás para intentar penetrarle la conchita. No hubo forma de clavarle esos 23 centímetros, pero la hizo gozar un buen rato. De hecho le erizaba la piel haciéndola gritar como a una perra, y no paraba de bombearla. Durante ese instante Paula seguía sobándose la vagina, con lágrimas en los ojos, como no aceptando tamaña situación, pero más caliente que ...
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