1. Noches mágicas - Acto V


    Fecha: 03/10/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: SirLawrence23, Fuente: xHamster

    ... sobre su pecho y su agujero se mostraba como una enorme boca abierta. Era una perfecta "O" con los bordes rosáceos. El perfecto agujero de un donuts gigante. Estaba completamente abierto y hubiera podía meter uno o dos dedos sin rozar siquiera sus paredes, pero preferí disparar mi lengua hacia él. Entró sin ninguna dificultad, sin resistencia. Lamí la suave textura de su piel alrededor, degusté su sabor, describí círculos en uno y otro sentido, resbalé multitud de veces en su interior... la única dificultad era que mi lengua no podía salir más de mi boca.En un cuerpo perfecto y proporcionado como el de David, esto era lo más desorbitado, estaba fuera de un tamaño razonable.No podía aguantar más el deseo de penetrarle. Mi polla iba a reventar de un momento a otro, me dolían los huevos de tanta contención. Me incorporé, me cogí la polla con la mano y apunté con su congestionada y morada bellota hacia su abertura. Mi capullo tomó contacto con su esfínter. Era cálido, muy cálido. Tan cálido que creí no poder penetrarle sin correrme. Pensé en algo que me distrajera la atención y con una lenta y sutil arremetida vi desaparecer mi glande en su interior. Seda, ardiente seda me envolvió. Su esponjosa y dulce cavidad me recibió sin rechazo, sin resistencia, más bien con delicadeza y deseo. Nada que ver con el culo de mi novia que se tensaba y endurecía cuando quería penetrarla y que hacía que me desesperase y desistiese de follarla por ahí, a pesar de que me moría de ganas por hacerlo ...
    ... y de destrozárselo a golpes de polla.Ahora el placer era doble: primero, por la acogedora bienvenida que recibía mi inflamada e hinchada polla; segundo, por saber realizado mi sueño más oculto, una de mis fantasías más soñadas: sentir mi sexo dentro del culo de alguien que disfrutaba con ello y que, a su vez, me hacía disfrutar a mí. Si a ello añadía que mi bautismo se realizaba con un ser tan deliciosos como David, tan perfecto y divino, la cosa se tornaba sublime, insuperable. El resto de mi polla se deslizó hacia el interior de David como si hubiera caído en un tobogán. Sin darme cuenta, mis caderas chocaron con sus nalgas y mis huevos, aunque hubieran querido entrar, frenaron con la raja de su culo. Me incliné hacia adelante y me dejé caer encima, queriendo introducirme más en él. Le abracé, busqué su boca y mi lengua comenzó a luchar con la suya en un intento vano por succionar todo su ser. Se inició una dura lucha de suspiros, gemidos y gestos de placer.David apenas se podía mover, debido a su posición, debajo de mí y ensartado hasta la garganta, pero me volvió a sorprender con unas ligeras y constantes contracciones de su esfínter sobre mi tallo. Su argolla de carne apretaba y relajaba rítmicamente mi miembro, queriéndole succionar, sin prisa, sin pausas. Todo era delicioso: su boca, sus labios, su lengua, sus caricias en mi pelo, su polla cálida entre ambos cuerpos, sus piernas rodeándome los riñones, su ano mordiéndome la polla. Hubiera querido morir de placer en ese ...
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