1. Carolina y sus grandes tetas dan de mamar a su suegro


    Fecha: 07/08/2018, Categorías: Incesto Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... años a pan y agua. -¿También te excitas con poco? -¿Con poco? Ayer me excité viendo copular a dos moscas. Las palabras de Antonio, hicieron reír a Carolina, -Sí que te excitas con poco, sí. Carolina, con descaro, miró para el bulto del pijama de Antonio. Él, la vio, y eso lo animó para decir: -¿Si te hago una pregunta picante no te vas a enfadar? -No. Dispara. -¿Me dejas probar la leche de tus tetas? Carolina, sonriendo, le respondió con otra pregunta: -¿Le quieres robar la leche a tu nieto? -Tienes leche de sobras. Carolina, se quedó pensativa, y después le dijo: -Vale, pruébala. Carolina, se quitó la chaqueta del pijama. Sus grandes tetas, con grandes areolas y grandes pezones, quedaron al descubierto. Antonio, comenzó a mamarlas, su boca se iba llenando de leche dulce y calentita, que golosamente saboreaba. Carolina, estaba muy mojada. Con su mano sacó del pijama los 18 centímetros de polla de su suegro y comenzó a masturbarlo. Antonio, dejó de mamarle las tetas, y caliente como un perro, con una mano, llevó hasta su polla la cabeza de Carolina. Carolina, metió la polla en la boca y la chupó con lujuria. Antonio, metió una mano dentro de las bragas de Carolina. La pringó de flujo vaginal, y exclamó: -¡¡Cómo estás, hija!! -Estoy con unas ganas locas de correrme. -Quiero comerte el chochito. Carolina, sacó el pantalón del pijama y las bragas, mientras, Antonio, le comía la boca y le acariciaba las tetas. Después, volvió a beber la leche de sus tetas, y al final, bajó al ...
    ... higo. Antonio, era un experto haciendo cunnilingus. Poco después, Carolina, sintió que se iba a correr. Aferró con las dos manos los barrotes de la cabecera de la cama. Subió y bajó la pelvis. La lengua de Antonio, subía y bajaba con ella, sin dejar de lamer su clítoris. Al final, sintió el latigazo y se corrió entre dulces gemidos. Cuando acabó de correrse, le dijo Antonio: -Ahora sé a qué sabía el néctar de los dioses. -¡Me encanta que seas un goloso, papá! Después de unos largos besos con lengua. Antonio, subió encima de su nuera. Carolina, recibió su polla en el chocho mojado con agrado. Antonio, besaba de maravilla y follaba mejor. En menos de cinco minutos ya la tenía a punto. Los gemidos de Carolina, lo alertaron. -¿Te vas a correr, hija? -Sí, ya me va a venir, papá, ¿y a ti? -Cuando te corras, me corro. -¿Me dejas subir? -Sube, cariño, sube. Carolina, se quitó la polla del chocho, despacito, y aun así, casi se corre. Subió encima de su suegro. La polla le volvió a entrar con facilidad. De los pezones de Carolina, sin tocarle las tetas, salía abundante leche. Antonio, mientras su nuera lo follaba, le chupó las tetas y le bebió la leche. Llegó el momento en que Carolina, no pudo aguantar más. -¡¡Me corro, papa!! -¡Y yo, hija, y yo! Carolina, al empezar a correrse, sintió dentro de su chocho los latidos de la polla de su suegro y su leche calentita. Se corrió entre espasmos y gemidos, gemidos que al llegar el placer a sus picos más altos, se convirtieron en un alarido. El ...