1. a) La visita de Rafael


    Fecha: 11/08/2018, Categorías: Gays Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... besos. -Eres tú el que vas disminuyendo y haciéndote más pequeño. -sabía que tenía razón, con sus veintitrés años era imposible que creciera más, pero el no verlo desde hacía siete meses perdía la proporción. Recogimos el coche, ahora no circulaban tantos vehículos, él miraba atentamente el salpicadero, resultaba ostentoso todo el panel de mandos, lo sabía, pero fue Juancar quien decidió el modelo que compraríamos, para mi era indiferente. -Te has comprado un bonito coche. -recordé que fue eso mismo, o parecido, lo dijo cuando Davy nos llevó a nuestra casa desde el hospital donde dejamos a papá. -Cuando te compres el tuyo será mejor. -¿Cuándo será eso? Todavía no tengo un trabajo. -se impacientaba y como todos los jóvenes deseaba quemar etapas, también me había pasado a mi. -Antes de lo que piensas, tendrás suerte anímate, no puedes presentarte con el espíritu decaído a las entrevistas, se nota y no es bueno. -su decaída sería de un momento, Rafael era entusiasta, decidido y se comía el mundo, poseía dotes innatas para el mando, siempre había sido así. La casa le gustó y quedó impresionado, y cuando vio su habitación no salía de su asombro, miraba abriendo los armarios vacíos e iba y venía del baño una y otra vez. -Vives bien hermanito, tu vida si que ha cambiado. -no quería mirar para atrás aunque también antes había sido feliz. -¿Juan Carlos? -se detuvo delante de mi, estaba vaciando su maleta y colocándole en el armario la ropa que traía. -Ha tenido que salir de viaje con ...
    ... su socio para algo urgente que les ha surgido, quería haber estado para recibirte y no ha podido ser. -me quitó de las manos lo que llevaba y me sujetó de los hombros, elevé la cabeza y rápidamente tenía sus labios besando los míos. -Entonces estaremos solos. -hablaba sin separar los labios, musitando las palabras en mi boca. -Déjame que coloque lo de la maleta, por favor. -no me soltaba y en su lugar me abrazaba insistiendo con la lengua para que le dejara pasar a mi boca. -¡Por favor! Suéltame. -me dejó de mala gana y se sentó sobre la cama. -¿Ya no quieres? Antes lo disfrutabas, lo querías y no me rechazabas. -Nuestra vida ha cambiado y ha pasado mucho tiempo. Ayúdame o date una ducha mientras termino, vamos a salir a comer fuera y quiero que me cuentes como están todos. Comenzó a desnudarse y no quería mirarlo, lo evitaba centrándome en lo que hacía hasta que, de soslayo, le vi meterse en el baño y escuché caer el agua, me apresuré en terminar de recoger lo que faltaba y le llevé la bolsa con las cosas de baño, los cristales estaban empañados y solo se veía una sombra moviéndose. -Te dejo tu bolsa de baño. -marché cerrando la puerta de su habitación y me quedé en el pasillo apoyando en ella la espalda. A pesar del tiempo transcurrido no podía olvidar, nunca lo lograría. Las vivencias de la niñez y nuestra pubertad no se olvidaban jamás aunque lograras vivir cien años, nuestra primera vez había sido teniendo él dieciséis años y yo veinte. Dejé de pensar al escuchar abrirse ...
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