1. Al otro lado de la calle


    Fecha: 15/08/2018, Categorías: Voyerismo Erotismo y Amor Autor: Soficas56, Fuente: CuentoRelatos

    ... mencionar antes, es que el baño estaba justo en mi habitación, separado por una puerte. Una característica super agradable. Llegué a mi habitación. Eran las 7 de la noche. El cielo apenas comenzaba a oscurecer. Me vi en el espejo; estaba molida pero aún así, bastante sexy. Llevaba un pants de licra bien pegado, haciendo una forma divina a mis piernas. Encima, una blusa de tirantes ajustada que terminaba por encima del ombligo. Y claro, como no puede faltar, un lindo escote para rematar. Que linda combinación. Pero por más que quisiera admirarme más, era tiempo de tomar ese tan ansiado baño. Primero, me liberé de mi blusa, sintiendo un alivio increible. Solo quedaba en mi mi brasier color negro. Ya quería quitármelo también, pero me gusta más el orden y decidí quitarme primero mi licra. Y así fue. Despojada de mi ropa, quedé solo en ropa interior. Mi ventana estaba abierta y sentía lo delicioso y fresco del aire acariciar mi cuerpo semidesnudo. Pero había algo extraño, me sentía algo perturbada, como si no estuviera sola. Y era algo que había sentido antes. Una mirada penetrante y curiosa me estaba presenciando. Y creía saber a quién pertenecía. Deseaba equivocarme. Volteé lentamente y ahí estaba él; el chico desconocido de enfrente, asomado en su ventana, sin ninguna vergüenza, mirándome, espiándome. Y yo dándole espectáculo. Corrí rápido a la ventana, roja como tomate, y cerré las cortinas. Me tranquilicé. Estaba muy apenada, mi corazón latía rápido y mi temperatura ...
    ... corporal había aumentado. ¡Casi me veía desnuda un extraño! Tanta era mi pena que, incluso sabiendo que ya no podría verme, no me pude terminar de desvestir en mi cuarto. Tuve que quitarme mi ropa interior en el baño. Afortunadamente la ducha me relajó bastante. Quisiera platicarles el simple recorrer del agua caliente entre mis pezones, basta para excitarlos y erectarlos un poquito. No por nada el baño siempre fue un espacio muy íntimo para mi. Ya al apagar la regadera, una sonrisa se me dibujó en el rostro. No quería, pero no pude evitar pensar en lo divertido y sobre todo, erótico del asunto. Después de todo, este chico se había llevado un buen taco de ojo al verme desvestir. Seguro el deseo de muchos. Pasó la noche y olvidé lo sucedido. Pasaron algunas semanas hasta que, regresando el gimnasio, tal y como marca mi rutina, me pregunté si el chico desconocido y misterioso seguiría intentando verme desnuda a pesar de que siempre cerraba las cortinas al llegar. Decidí hacer el experimento y no cerrarlas al llegar. Pasados unos minutos, noté su presencia. Ahí estaba él. Su persistencia era increible. Como ya me lo esperaba, no me tomó por sorpresa del todo. Supuse que era hora de cerrar la cortina... cuando... algo me invadió, una sensación de atrevimiento de esas que te controlan. Este mismo instinto es el que me ha llevado a vivir los mejores momentos de mi vida, sobre todo en lo sexual. Y bueno, deben imaginarse a que me llevó todo esto. ¿Por qué no darle un pequeño show a este ...
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