1. Deseos de una hija a su padre


    Fecha: 15/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Scarlett@18, Fuente: CuentoRelatos

    ... broncearme antes de que haga demasiado calor". Con eso se dirigió a la puerta del patio, su culo se balanceaba provocativamente, ella... para todos los intentos y propósitos... culo desnudo. Para entonces, el pene de Eric era duro como una roca. Mientras se ponía de pie, metió la mano dentro de los pantalones cortos, ajustó la cabeza hacia arriba para que no sobresaliera tan obviamente mientras seguía a su hija al patio. Ella sonrió para sí misma mientras caminaba delante de su padre. Ella vio la forma en que su polla se puso rígida cuando la vio prácticamente desnuda. Ella no hizo ningún intento por ocultar que lo había visto. Él sabía que ella lo había visto. Ella sabía que él lo sabía. Él sabía que ella sabía que él lo sabía. Sin siquiera tocarse, ella sintió la humedad creciendo entre sus piernas. Cuando llegó a una de las tumbonas del patio, dejó que la bata se deslizara por sus hombros y luego se dobló por la cintura para recogerla. El bajo gemido de detrás de ella le dijo a ella que su padre vio la forma en que la cuerda suelta las nalgas y los labios de su coño. Sus pezones hormigueaban y se apretaban visiblemente contra el resto del material endeble de la parte superior. Cuando su hija se inclinó frente a él, pensó que la cabeza de su polla o algo de su jism saldría de la parte superior de sus pantalones cortos. La delgada cuerda que iba desde su cintura hacia abajo entre sus piernas ocultaba poco más que el capullo de rosa arrugado de su culo y el agujero de ...
    ... entrada en su vagina. Él soltó un gemido bajo, esperando por un lado que ella no lo oyera y el otro que ella lo hiciera. Se dio la vuelta y echó una generosa dosis de loción de bronceado en sus manos y se lo frotó sobre ambos brazos, luego se inclinó hacia delante para cubrir la parte delantera de sus piernas. Sus tetas colgaban y casi se caían de las pequeñas tazas, dándole a él otra fugaz visión de sus pezones bronceados. Él gimió de nuevo y ella levantó la vista y le sonrió. Con los ojos fijos en la entrepierna de su padre, ella lentamente, seductoramente extendió la loción resbaladiza sobre la parte delantera de su cuerpo, alrededor de su cuello y hombros, hacia abajo alrededor de sus tetas apenas ocultas y sobre su estómago al parche de tela que cubre su coño. A cuatro o cinco pies de distancia, él podía ver claramente algunos mechones de su coño que se deslizaban por debajo del borde. "Oh, esto se siente tan bien, papá", arrulló, "Voy a obtener un bronceado realmente bueno este año". Luego se sentó en el diván y se recostó, extendiendo sus muslos. El jadeó cuando la endeble tela succionó la humedad de la raja de su coño. Era todo lo que podía hacer para mantener sus manos fuera de sus tetas y coño mientras su polla palpitaba en sus pantalones cortos. Ella le sonrió de nuevo y rodó sobre su estómago. "Por favor, papá, frota un poco de la loción en mi espalda", murmuró en un ronco susurro. Mientras lanzaba la loción en sus manos, Rena se echó hacia atrás y soltó el lazo que le ...